Desde marzo de 2017 la Clínica de Atención Psicológica de la Universidad Autónoma de Chile comenzó a funcionar en la comuna de Providencia. En estos nueve meses ya concentran un grupo de más de 160 pacientes, desde niños hasta adultos mayores, los cuales son atendidos y tratados por 15 egresados de Psicología, que están efectuando labores de práctica profesional y que corresponden al Campos Providencia y a la sede El Llano Subecarseaux (San Miguel). También colaboran alumnos de primero a cuarto año que realizan pasantías más puntuales.

DIR CP OKPara Eugenio Miquel, director de la Clínica de Atención Psicológica, “esta institución es un vehículo y conector de vinculación con el medio y la comunidad muy potente para ayudar a las personas y que salgan adelante. Es una instancia intermedia importante para situar a la Universidad Autónoma en el ámbito de lo público y en el ámbito de trabajo comunitario, con un fuerte trabajo en red que estamos efectuando”. Puntualizó.

Comenta que los problemas más consultados dependen de los grupos etarios. “En el caso de jóvenes, lo más recurrente son crisis de pánico, estrés y cuadros depresivos. Los adultos mayores presentan cuadros depresivos, crisis por soledad y abandono. En el caso de los colegios, encontramos problemas de dinámicas familiares, problemas académicos, crisis de adolescencia, crisis de identidad, relaciones de pareja complejas, malas relaciones con los padres y disfuncionalidad familiar”.

La Clínica trabaja mediante convenios con la Municipalidad de Providencia y la atención es sin costo para los pacientes. Pese al poco tiempo transcurrido, su director asegura que el trabajo ha sido intenso pero muy satisfactorio. Los psicólogos en práctica son guiados, supervisados y apoyados por el director de la clínica y profesionales académicos de la Casa de Estudios. Para Bruno Sandoval esta experiencia ha sido “espectacular en todo ámbito, la atención de pacientes, la supervisión de los docentes, los talleres y las terapias, todo ha sido muy complementario en nuestra formación sobre cómo dar comprensión y apoyo a los pacientes. Nosotros también vamos progresando y al tratar casos más complicados nos vamos formando con mayor experticia y experiencia”, puntualizó.

Similar pensamiento tiene Karina Ramírez. “Cuando una persona va mejorando o termina su tratamiento resuelto, uno como persona y como futuro profesional sientes satisfacción y orgullo en lo profesional y en lo humano, porque has sabido interrelacionar bien la teoría con la práctica”. Indicó.

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