Soluciones creativas y a la vez solidarias, que aporten a la convivencia universitaria y social, es lo que tienen en común las 17 iniciativas estudiantiles que recibieron financiamiento de los fondos concursables de autogestión y voluntariado de la Universidad Autónoma de Chile.
Además de los proyectos que se ejecutan en la misma comunidad universitaria, la casa de estudios priorizó este 2015 aquéllos con impacto directo en el mejoramiento de la calidad de vida de familias y comunidades del entorno, en el marco de su programa “Sello Voluntario”.
En la ceremonia de entrega de los certificados que acreditan la adjudicación de los recursos, el director de Extensión y Comunicaciones en Santiago, Enrico González, destacó que esta convocatoria –al igual que otras acciones que desarrolla la Dirección de Asuntos Estudiantiles durante el año- da cuenta del fortalecimiento de la participación de los alumnos.
Junto con destacar la cantidad de iniciativas presentadas a esta versión de la convocatoria, sostuvo que “lo más importante es que los estudiantes participen activamente de las actividades que genere la universidad y las que sean de iniciativa de ellos mismos. Cuando uno tiene ganas de hacer cosas, las puertas están abiertas para que los estudiantes crezcan como profesionales y sobre todo como personas”.
Por su parte, la Coordinadora del Programa de Voluntariado de la Universidad Autónoma de Chile, Alejandra Cofré, indicó que esta línea de financiamiento seleccionó cinco proyectos en Santiago y otros 12 en Talca y Temuco.
“Son proyectos que permiten fortalecer el Sello Voluntario y la responsabilidad social de nuestros alumnos. La Universidad los financia, pero son ellos quienes deciden dónde y con quiénes ejecutarlos”, precisó.
Uno de estos es “Colores para Las Parcelas”, a cargo de Camila Mendoza y Fernanda Oyarzún, que consiste en la reparación de techumbres de viviendas en un sector de la comuna de La Pintana caracterizado por la vulnerabilidad de sus familias.
“La responsabilidad social y querer ayudar al prójimo” fueron, según Oyarzún, las motivaciones fundamentales de presentar esta propuesta. “Tenemos que estar pendientes también de las personas más necesitadas, especialmente los niños de esa comunidad», aseguró.
Óscar Irarrázabal, estudiante de Ingeniería Comercial, propuso la creación del Centro de innovación y Emprendimiento (CIE) al interior de esta universidad, para incentivar a los estudiantes a formar su propia unidad de negocio.
“Queremos que la opción de trabajar en una empresa no sea la única posibilidad de ingresos”, para los titulados. La propuesta consiste en asesorar a los innovadores a crear una empresa, sus aspectos legales y tributarios, cómo gestionar capital semilla y negociar con los proveedores.
Los otros proyectos seleccionados fueron “Una sede para El Estero”, “Publicidad fortalece su RS”, “Entre dulces y sonrisas”, “Taller de chocolatería” y “Más pulmones para mi barrio”, en la categoría Sello Voluntario. En Autogestión Estudiantil, se adjudicaron fondos las propuestas “Generando cambios a través de la música”, “Yo ayudo, mi ambiente ayuda”, “Recursos técnicos de sonido”, “Trekking de montaña” y “Cultura de Chile para el mundo”.
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