Finalizada la tradicional bienvenida a los nuevos estudiantes de la Universidad Autónoma de Chile, la sensación en los pasillos de la sede Santiago es de expectación por cómo se viene este 2016. Pero a pesar de las dificultades académicas propias de la educación superior, la Semana Mechona trajo mucho más de entusiasmo para encarar esos desafíos.

Durante cuatro días, alumnos de primer año y de cursos superiores se fundieron en una sola gran comunidad estudiantil, en torno a la acción social, el juego y la alegría. Es la otra cara de la experiencia universitaria, lejos de los libros, calculadoras y laboratorios clínicos.

Semana Mechona ProvidenciaLa primera jornada partió con un clima agradable, con una temperatura ambiental que aumentaba lentamente junto con la masa de alumnos que de a poco comenzaba a ocupar cada rincón de los patios y jardines de los campus Providencia y El Llano Subercaseaux.

Con música de fondo, los rostros conectaban unos con otros mientras se corría la voz con una pregunta que parece natural entre quienes viven por primera vez esta experiencia: “¿qué hacemos?” Y la respuesta surgía, casi automática, de los mismos protagonistas: “¡Vamos, pasémoslo bien!”

Y con ese ánimo se sumaban más alumnos. Y cada minuto quedaba menos espacio disponible para observar lo que pasaba.

Mientras el animador presentaba los concursos y las competencias, muchos comenzaban a prepararse para participar de algunos de los juegos: tiro al blanco, muro de escalada, gladiador y, por supuesto, concursos relámpago como llevar consigo un billete de 500 pesos.

Fiesta Semana Mechona SantiagoUn circuito de diversión y buen ambiente, contexto perfecto para conocerse entre los mismos nuevos compañeros de carrera y, claro, también a quienes pertenecen a otras Facultades.

“Esta es una instancia súper importante para poder compartir y adaptarse bien a la universidad”, dijo Sofía Arias. Además de las tradicionales ceremonias formales, con presencia de las autoridades de la Universidad Autónoma de Chile, también es importante una actividad como la Semana Mechona.

“Participar de actividades recreativas como éstas, es parte de la integración que necesitamos. Ya hemos estado llenos de pruebas y controles, y todavía nos quedan. Y esto nos da más energía para enfrentar lo que se nos viene más adelante”.

En ello coincidió también Catalina Troncoso. “Gracias a esto he podido conversar con muchos alumnos. Creo que es bueno y entretenido poder compartir con personas distintas, con la que no estamos todo el día en clases, porque se conocen experiencias distintas”.

Así continuaron los tres días siguientes. El corolario: una gran fiesta que terminó por sellar lazos de amistad que, de seguro, se mantendrán hasta incluso después de haber recibido sus títulos profesionales.

 

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