Desde su creación en Temuco en 1994, Pedagogía en Educación Parvularia en la Universidad Autónoma de Chile ha formado a cientos de profesionales que hoy se desempeñan con éxito en instituciones públicas y privadas a lo largo del país.

Como parte de las actividades de aniversario, la carrera realizó en Santiago su tercer Congreso Nacional de Estudiantes, que contó con la participación de delegaciones de las sedes universitarias de Temuco, Talca y la ciudad anfitriona.

En la jornada expusieron alumnos y docentes, además de destacados profesionales y expertos de instituciones públicas como SENAME y el Ministerio de Desarrollo Social, quienes abordaron el rol de la familia, sus desafíos y oportunidades en el contexto de la reforma curricular que impulsa el Gobierno.

“Hoy la educación parvularia está ganando un espacio en las políticas públicas muy interesante”, señaló la directora de carrera en Santiago, magíster Mónica Morales. “A partir de ello surge este encuentro, en que analizamos desde distintas perspectivas el trabajo colaborativo que se desarrolla con las familias, con nuevos enfoques”.

Recordó que la naturaleza de la actividad reflejó que esa carrera en la Universidad Autónoma de Chile posee la misma malla curricular y modelo pedagógico en cada una de las sedes en que se imparte, respetando al mismo tiempo las particularidades de cada región.

De ahí que, a su juicio, las alumnas puedan compartir sus experiencias en distintos contextos para ampliar la comprensión de su profesión. “Los énfasis en Temuco están dados por la multiculturalidad; en Talca, la ruralidad; y en Santiago tenemos más opciones de insertarnos en contextos no convencionales como centros penitenciarios, hospitales, museos y bibliotecas, por ejemplo”.

En su exposición, Bárbara Caro, estudiante de Temuco, relató los desafíos que afrontó durante su práctica profesional en una escuela adosada a un centro de salud, “y lo bonito que es estar ahí, entregar educación a niños en enfermedad; la alegría que somos para ellos y también para sus familias”.

Además de los contenidos pedagógicos entregados, subrayó que el acompañamiento de sus docentes fue vital, “como la capacidad de enfrentarnos a situaciones que no son convencionales y hacernos sentir capaces de realizar una práctica en un trabajo con otros profesionales”.

Gabriela Espinoza (Talca) indicó que en el CESFAM de La Florida “trabajamos en forma paralela a un equipo multidisciplinario centrándonos en las deficiencias físicas o cognitivas de los niños”.

A su juicio, este tipo de iniciativas les acercan a distintas metodologías de trabajo, “ubicándonos en contextos alternativas, flexibles, y enriquecer nuestro futuro ejercicio profesional”.

En esa misma línea, para Camila Martínez (Santiago) el compartir experiencias de estudiantes de regiones “amplía nuestros conocimientos porque, siendo la misma universidad y la misma malla curricular, cada sede tiene su propio sello y sus propias formas de trabajar”.

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