Envejecer, de acuerdo al diccionario, significa “hacerse viejo”; y viejo significa “de edad avanzada”. Estas dos definiciones se relacionan ineludiblemente con el envejecimiento de la población mundial. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el número de personas con 60 años o más en todo el mundo se ha duplicado desde 1980 y se prevé que alcance los 2000 millones de aquí a 2050.
La pregunta es, ¿cómo nos damos cuenta que estamos envejeciendo? Se puede tener una percepción general al observar la piel de una persona; la cara, el cuello y las manos. Además de observar sus cambios físicos visibles, la piel es un órgano que nos ayuda en la capacidad sensorial del tacto, como también siendo una barrera de protección natural contra enfermedades. Los cambios más visibles a simple vista son la aparición de arrugas, manchas, flaccidez, sequedad y deshidratación.
Según explica la directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Autónoma de Chile en Temuco, Margaret Caro, estos cambios se producen por la disminución del colágeno, entre otros factores. “La piel envejece también por la pérdida de la grasa subcutánea, masa muscular, deficiencias en la alimentación o por una excesiva exposición al sol sin suficiente hidratación cuando las personas eran jóvenes y no se preocupaban por cuidar su piel, como por ejemplo aplicando cremas para hidratarla”, explica la profesional.
Además, hay una serie de consejos a seguir, que podrían hacer que la piel se mantenga joven, retrasando el proceso de envejecimiento. El agua es vital; se recomienda beber entre 1,5 a 2 litros por día. Esto ayuda a hidratar la piel desde dentro hacia afuera y evitar las arrugas.
Los beneficios del té verde se extienden también para el cuidado de la piel. Este tiene un alto contenido de antioxidantes, flavonoides y anti-inflamatorias que ayudan a prevenir las arrugas y que la piel luzca mejor.
“Hay que prestar atención también alimentos amarillos y anaranjados: calabaza, papas, zanahorias, mangos, melón, pimientos naranjos y amarillos son ricos en betacaroteno y Vitamina A, que ayudan a combatir la piel seca y ayudaran a tener la piel suave y tersa, además de protegerla del daño solar. También es muy positivo consumir zarzamoras, arándanos, fresas, frambuesas y grosellas, que tienen alto contenido de antioxidantes. Estos frutos ayudan a producir colágeno para mantener la piel suave, además de combatir el daño de los radicales libres”, sostiene la nutricionista, Margaret Caro.
Por otro lado, es importante conocer el aporte de nueces y semillas. Estos son ricas en Vitamina A y E, las cuales disminuyen el proceso de envejecimiento. Además ya poseen grasas de buena calidad que mantendrán la piel hidratada.
El pescado, especialmente salmón, sardina, atún y la trucha son buenas fuentes de grasas omega 3. Estas ayudan a reducir la inflamación que causa el daño de los radicales libres que aceleran el proceso de envejecimiento, ayudando a mantener la piel hidratada y con mayor elasticidad.
Finalmente, la especialista hace a un llamado a consumir verduras de hoja verde oscuro, que resultan altamente beneficiosas. El brócoli y la espinaca están llenos de antioxidantes antienvejecimiento, además estas verduras son ricas en luteína, la cual estimula la hidratación y la elasticidad de la piel.
Siguiendo estos consejos básicos podrá cuidar y evitar el envejecimiento prematuro de su piel.