Misty Hyman en conferencia UAMisty Hyman, medallista de Oro en las olimpíadas de Sidney 2000 y graduada de la Universidad de Stanford, deslumbró este miércoles a más de un millar de estudiantes e invitados especiales que se dieron cita en la Universidad Autónoma de Chile para conocer, de primera fuente, su exitosa trayectoria deportiva.

En una charla cargada de emociones y superación personal, la deportista recordó sus inicios en la natación y cómo, a pesar de las dificultades físicas que presentó desde su infancia, llegó a convertirse en una de las exponentes más relevantes de la disciplina a nivel mundial.

En los Juegos Olímpicos de 2000 llegó a la final de los 200 metros estilo mariposa, enfrentando a la campeona mundial de los últimos cuatro años. Los mejores pronósticos le auguraban un segundo lugar, pero la historia y su propio esfuerzo quisieron que la figura principal del podio esa noche de septiembre, fuera para ella.

“Tuve asma y alergias desde pequeña. Pero un muy buen doctor le recomendó a mis padres que practicara natación. En mi primera competencia nadé sólo hasta la mitad de la piscina y salí llorando pero mi padre y mi madre me alentaron a seguir adelante”.

“Así que mi primera meta fue llegar al final de piscina; la segunda fue no llegar última y así empecé a tener sueños cada vez más grandes”. Esperanzas que comenzaron a materializarse cuando en 1988, a los nueve años, vio las Olimpíadas por televisión “y decidí que un día quería estar en el podio escuchando el himno de mi país tocando para mí”.

Con una singular técnica, que le permitía contener la respiración bajo el agua por 30 metros metros, comenzó a trabajar para conseguir ese objetivo. Hasta que en 1998 la federación Internacional de Natación modificó el reglamento obligando a los competidores a permanecer bajo la superficie por hasta 15 metros.

Alumnos con Misty Hyman“Fue devastador”, dijo Hyman. “No sabía si podría tener éxito. Fue un momento de mucha frustración y pensé incluso en abandonar mi sueño de alcanzar una medalla”. Pero también se dio cuenta que “nuestros desafíos más difíciles nos ayudan a encontrar las destrezas más grandes en nosotros mismos”.

Sin saber si su técnica resultaría eficaz, siguió ejercitándose con el mismo ímpetu de siempre junto a su cuerpo técnico, al que orgullosamente recordó en varios pasajes de su relato. “No creía mucho en mis capacidades, pero todos los días mi técnico me recordaba que sí se podía. Al final empecé a creerlo y entonces sentí que todo en mi vida cambió y empecé a mejorar y a nadar mejor que nunca”.

Y el resto es historia. Clasificó a los Juegos Olímpicos, pasó las etapas de la competencia y pudo vencer a la competidora australiana quien hasta entonces ostentaba el récord mundial en su propia casa.

“Nado porque es divertido”, aseguró. “A veces es bueno recordar eso porque cuando uno disfruta lo que hace el camino para alcanzar las metas es más expedito”.

Al finalizar la conferencia –que fue encabezada por el Vicerrector de sede, Román Vera-, el Aula Magna del campus Providencia se llenó de aplausos y rostros de admiración de los asistentes por la inspiradora experiencia que Misty Hyman transmitió a los alumnos e invitados especiales.

Tan profundo fue el impacto del mensaje que Alfredo Escobar, deportista que acaba de participar en el Campeonato Sudamericano de Crossfit, sostuvo que “estoy en un momento en que me he cuestionado todo: si voy por el camino adecuado, si vale la pena lo que estoy haciendo”.

“Esta charla me sirvió mucho para orientarme. La decisión está tomada: voy a seguir compitiendo hasta ser el mejor sudamericano en mi disciplina”.

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