Se recuerda mejor aquello que se comprende. Esa es una máxima que todo estudiante universitario debe aplicar para aprovechar todo su potencial. Y para lograrlo es fundamental que preste mucha atención a su mente y cuerpo.
Hay algunos mitos en torno al estrés y las comidas pero también muchas verdades, que dos expertos de la Universidad Autónoma de Chile quieren ayudar a entender para optimizar la concentración y llegar de la mejor forma a la época de exámenes.
Es importante en primer lugar comprender y asumir que el contexto escolar es distinto al universitario, porque ahora es el estudiante quien pone los límites.
“En la adolescencia, los procesos de construcción de identidad y de asumir responsabilidades son fundamentales; entender finalmente quién soy y para dónde voy”, dice Andrés Sandoval, psicólogo de la Dirección de Asuntos Estudiantiles con amplia experiencia en el apoyo a alumnos.
Ahora el universitario dejó de ser escolar y como tal deberá enfrentar desafíos con más independencia, haciéndose cargo de sus éxitos y caídas.
La etapa escolar está llena de exigencias pero es en cierta forma indulgente; en la educación superior es necesario “programarse, empezar a investigar por cuenta propia, porque la universidad en parte es investigación”.
Estudiar en grupo o solo
No hay una regla general, pues esta técnica depende de la forma de estudiar y de los propósitos que se buscan, por ejemplo memorizar fórmulas o definiciones, o bien aplicarlas.
“Lo importante es que el grupo tenga un mismo objetivo, porque entonces se transforma en un equipo. La decisión tiene que ver con la afinidad entre sus integrantes, el uso de metodologías que todos entiendan y una motivación compartida”.
Por lo tanto, si todavía no se encuentra a los compañeros ideales, es mejor intentar estudiar solo.
Estudiar de noche
Estudiar de noche de todas formas es algo que no se recomienda. “Es cierto que a veces es inevitable porque el tiempo escasea. Pero si se transforma en una costumbre, es porque algo está fallando: no ha habido una programación adecuada o no se está priorizando adecuadamente”. De modo que ya es una señal de alerta.
El estrés
“El estrés es una respuesta del organismo a un estímulo específico”, recuerda Sandoval. “Por eso no siempre el estrés es perjudicial”. Al menos hasta cuando esa respuesta resulta desadaptativa o cuando genera malestar en el cuerpo.
Dolores de cabeza, alteraciones gástricas, irritabilidad, hipersensibilidad a la luz o al sonido, despertar a medianoche o desvelarse, son síntomas evidentes, “todos juntos y no cada uno por sí solo”, aclara.
¿Qué hacer, entonces? Reservar un instante para la reflexión, escucharse a sí mismo y preguntarse en qué se está y para dónde se va. No dejarse sobrepasar por el carácter imperativo de las obligaciones académicas, saber priorizar y acostumbrarse a dormir bien.
Una alimentación adecuada es otro aspecto crítico. Existe abundante evidencia científica que indica que cuando se ingresa a la educación superior cambian muchos hábitos alimenticios que no siempre son beneficiosos.
La directora de Nutrición y Dietética de la sede Santiago, Mónica Araya, añade que aumenta el consumo de bebidas gaseosas, hidratos de carbono, grasas y sal. Y la comida “chatarra”. Luego viene el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión arterial y el colesterol alto, que cada año tiene una mayor prevalencia en este sector de la población.
Qué comer y qué no
“Respetar los horarios de la alimentación y no saltarse las comidas” es casi una obligación. Lo que no debe faltar en la dieta semanal de almuerzo, según la profesional, son cereales, lácteos descremados, verduras, leguminosas, huevo, jamón, carne, pollo o pescado y fruta. Por la tarde, lácteos descremados, fruta, verdura y cereal.
¿Café más bebida cola?
“Si combinamos cafeína con otro producto que contiene cafeína vamos a estar más alertas y despiertos. Pero al final es algo contraproducente para el aprendizaje”, explica Araya.
Estudios científicos demuestran que es durante el sueño cuando el cerebro “graba” lo que estudias durante el día. “Si no dormimos, si el sueño no es completo ni estable, entonces no vamos a aprender todo lo que nos esforzamos por estudiar durante el día. Vamos a estar alertas, pero nuestro cerebro no va procesar ni estructurar ni reconocer el aprendizaje”.
“Me desmayé antes de la prueba”
Cuando no se ingiere desayuno, por ejemplo, y además se está bajo tensión, es probable que en el organismo se formen cuerpos cetónicos. “Si a eso se suman doce horas de ayuno del día anterior más una mañana agitada, se produce la lipotimia y eso hace que la persona pueda perder el conocimiento”.
Seguir todos estos sencillos consejos de vida sana y autocuidado no garantizará llegar a fin de semestre con todos los ramos aprobados con distinción. Pero de seguro que ayudará a ser más feliz, estar más tranquilo y finalmente se habrá dado un enorme paso para cumplir no sólo sólo con los sueños del alumno, sino también los de su familia.