Cuando las vacaciones llegan a su fin y millones de personas retoman sus actividades cotidianas, miles de jóvenes comienzan una nueva etapa colmada de desafíos y emociones al asistir a su primer día como orgullosos estudiantes de educación superior.
Así lo han vivieron más de un millar de alumnos que para este año académico 2015 se han matriculado en alguno de los 19 programas de pregrado que la Universidad Autónoma de Chile imparte en Santiago, siendo recibidos por las más altas autoridades de esta casa de estudios superiores.
Fueron el Vicerrector de sede, los Decanos de facultad y el equipo de gestión de cada una de esas carreras, los encargados de explicar a los futuros profesionales las responsabilidades y las experiencias que enfrentarán en las aulas y laboratorios.
“Recibimos a los nuevos estudiantes con un proyecto muy consolidado y en el que se ha implementado un gran proyecto educativo”, señaló al Vicerrector de sede, magíster Francisco Baghetti. “La universidad les ofrece una serie de servicios que esperamos que aprovechen”.
En efecto, la Jornada de Inducción realizada el jueves y viernes pasados en el campus El Llano Subercaseaux, sirvió no sólo para adentrarlos en los retos intelectuales sino también en aquellas iniciativas que forman parte de la vida universitaria.
El arduo estudio de las materias, el trabajo en equipo y la responsabilidad académica, se combinan con actividades extracadémicas como el Voluntariado, los talleres deportivos y la cultura, que potencian los talentos personales.
Todos los alumnos de primer año coincidieron en destacar los nervios y el entusiasmo con que llegaron por primera vez a sus salas de clase.
Ronny Gutiérrez señaló que “la Universidad me ha recibido súper bien, con todos los docentes”. “Se nota que es una universidad que está dispuesta a enseñarme todos sus conocimientos y a poner todos sus valores en mí para poder ejercer mi carrera”. A eso espera responder “con mi esfuerzo para sacar adelante mi carrera que es lo que más quiero en estos momentos”.
Yasmin Pino, sostuvo que enfrenta este desafío “con las pilas cien por ciento puestas” y resaltó que el éxito depende sólo de la dedicación con que se preparan las materias. “Los profesores son muy cercanos, que es lo más importante porque eso da confianza”.
Pasar de la educación media a la superior significa una gran responsabilidad, que los alumnos de primer año asumieron desde el primer día de clase, dispuestos a recibir formación de calidad para convertirse en pocos años más en profesionales competentes, éticos y comprometidos con el desarrollo de sus comunidades y el país.
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