Para David Domínguez, estudiante de Derecho de la Sede Santiago, el pensamiento crítico es mucho más que una habilidad; es una actitud frente al conocimiento y el mundo real. “Los conocimientos técnicos te permiten hacer, pero la reflexión y la crítica te permiten entender por qué lo haces y cómo puedes hacerlo mejor”.
«La Autónoma promueve constantemente espacios que invitan al pensamiento crítico y a la reflexión -asegura-; no sólo desde las clases, sino también a través de programas como el de Iniciación Científica, los talleres de investigación y las sociedades académicas«.
Su acercamiento a la investigación partió en ese programa, que a su juicio transformó su manera de entender la investigación. “Me interesaron porque disfruto la escritura, las tecnologías y el análisis jurídico. Investigar no es sólo un ejercicio académico, sino una forma de construir pensamiento”.
Hoy, participa activamente en el Laboratorio de Innovación, Tecnología y Frontera de las Ciencias Jurídicas (LisalAB) del doctorado en Derecho y en la Red de Investigación Jurídica (RIJ). “Ambas me han permitido vincular la teoría con la práctica y explorar temas de investigación que combinan el Derecho con la tecnología y la ética”.
Entre los temas en que se ha especializado están las apuestas electrónicas, los tokens y la protección de datos. “Ese proyecto me hizo ver cómo el Derecho debe adaptarse constantemente a los cambios tecnológicos y cómo muchas veces las leyes se quedan atrás”. Son materias que amplían la comprensión jurídica y fortalecen la capacidad de cuestionar y proponer soluciones innovadoras.
Finalmente, David comparte un mensaje a los nuevos estudiantes 2026: “atrévanse a participar y a pensar distinto. Los espacios de investigación, talleres o proyectos son oportunidades para aprender desde la duda”. Su experiencia refleja cómo en la Autónoma impulsamos el pensamiento crítico como herramienta esencial para transformar el conocimiento en acción y la formación en compromiso.