Javiera Muñoz cursa quinto año de Medicina en la Universidad Autónoma de Chile y desde segundo ha estado de algún modo vinculada a la investigación. Primero conociendo la infraestructura y el equipamiento de la Clínica Integrada de Salud (CIS) en Santiago y hoy de lleno colaborando en proyectos de sus académicos.
“Mi carrera es muy completa porque aborda distintos ámbitos del ciclo vital de una persona -lo físico, mental y social-, con un acercamiento al paciente que a mi parecer es único y que fue clave al momento de decidirme a estudiar Medicina y no otra del área de la Salud”.
Sus primeros pasos en investigación
Una de las asignaturas del segundo año es Bases Científicas de la Medicina. “En ese contexto -recuerda Javiera-, nos invitaron a conocer el CIS y en tercer año, después de la pandemia, volví por iniciativa propia. Me encontré con algunos de quienes habían sido mis docentes y empecé a colaborar voluntariamente en procedimientos de laboratorio con uno de ellos”.
“Este ramo en particular me acercó a la actividad científica. La Medicina se basa en lo que se descubre en los laboratorios; ahí es donde comienza todo. En el futuro, para ejercerla exitosamente necesito conocer esas bases y una forma de hacerlo es a través de la investigación”.
En cuarto año, ya comenzó a trabajar de lleno con la Dra. Loreto Fuenzalida, del Instituto de Ciencias Biomédicas, en el contexto del Programa de Iniciación Científica para estudiantes de pregrado de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados.
Un valor agregado al perfil de egreso
El 2023, junto a la Dra. Fuenzalida y otros expertos colaboró en el proyecto multidisciplinario “Malnutrición por exceso como factor de riesgo de gravedad en menores de edad con COVID-19”, que estudió la correlación entre el estado nutricional de un niño y la percepción que de ello tenía su madre, y que acaba de ser publicado en la Revista Chilena de Nutrición.
Este año, ambas trabajan en otro estudio que busca identificar cómo la pérdida de biodiversidad nativa podría afectar la calidad de vida de los individuos, expresada por ejemplo en la prevalencia de enfermedades respiratorias.
“Todo ha sido una experiencia muy gratificante porque, gracias a mi profesora en especial, he podido explorar varias áreas de la investigación, tanto el trabajo de laboratorio como de campo y de revisión de literatura. Cada vez más alumnos de pregrado debieran hacer investigación porque es un valor agregado al perfil profesional. La investigación y el ejercicio libre de la medicina son absolutamente compatibles”.