Todos los años cuando llega junio, nos encontramos sumergidos en la irrespirable nube tóxica de contaminación que se deja ver y sentir tanto en Temuco como Padre Las Casas, afectando a miles de personas que no tienen otra alternativa de seguir calefaccionándose en base a la leña. Son múltiples los talleres, foros y seminarios al respecto, donde se analizan las variadas alternativas que podrían sacar a la capital regional de esta alerta sanitaria ambiental. Quizás una de las más reales sea la puesta en marcha de los proyectos de “calefacción distrital”, que ya operan de manera exitosa en países como Finlandia, Suecia o Austria.
Este tipo de calefacción propio de lugares muy fríos, se basa en pasar de muchas soluciones individuales a una colectiva. Esto se logra a través de la construcción de una gran caldera descentralizada que produce energía y con ello calefacción, a través de tuberías que llevan agua caliente sanitaria a los distintos hogares; algo similar como llegan los servicios básicos. La idea es poder beneficiar desde un par de casas hasta poblaciones enteras, como sucede en los países escandinavos.
Esto se ha convertido en Europa en una real solución al tema de la contaminación, pudiéndose utilizar distintos combustibles como la electricidad, gas, petróleo y la propia biomasa, que es la más recurrente para La Araucanía; entendiendo ésta como el tratamiento de la leña, astillas y pellet, entre otros.
Para Paz Serra, decana de la Facultad de Arquitectura y Construcción la contaminación de Temuco y Padre Las Casas ha alcanzado niveles realmente peligrosos. Allí radica la importancia de buscar soluciones de corte colectivo. “Los ejemplos más exitosos que conocemos son las denominadas centrales distritales y justamente a esto nuestra universidad está mirando con ojos de investigación, para ponerlo al servicio de todos aquellos que estamos en la búsqueda de la descontaminación”, explica.
Al respecto, Silvia Zambrano, directora de la carrera de Ingeniería en Construcción comenta que dentro de las aulas ya están trabajando en esta materia con resultados muy positivos, ya que los alumnos han captado perfectamente cuáles son las necesidades que tienen las ciudades. “En diciembre del año pasado un par de alumnos y sus profesores, realizaron un interesante trabajo de título que implicó estudiar la viabilidad técnica para implementar una central distrital térmica para un conjunto de viviendas de interés social; algo sumamente novedoso, ya que sólo se había realizado proyectos para sectores más pudientes”, señala.
Uno de los docentes en llevar a cargo esta investigación fue Jaime Gatica, quien manifestó que en esa oportunidad se trabajó con edificios de la Población Llaima de Temuco. Esto porque el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ya estaba trabajando en un plan de mejoramiento de la envolvente calórico en los departamentos. “Como complemento a esta iniciativa ministerial, la idea fue potenciar el mejoramiento térmico y complementarlo con un sistema de calefacción de alta eficiencia energética y con bajo costo. Para esto se tomó como referencia, tecnologías de países desarrollados. Principalmente la mirada se enfocó en Europa y su aplicación en sistemas de calefacción distrital en base a biomasa”, dijo el docente.
La idea principal fue evaluar técnicamente qué tan viable seria tener mediante un sistema de calefacción distrital centralizado la capacidad suficiente para suministrar calor a toda esta unidad vecinal.
Al respecto Carlos Ortiz, uno de los alumnos que realizó este estudio, mencionó que se analizaron cuatro edificios con un total de 64 departamentos, beneficiando a 256 personas. “El estudio comprendió la instalación de una caldera a pellet, la cual estaría enterrada en una plaza aledaña a los edificios, la cual a través de cañerías distribuirá el calor. El resultado es fantástico porque una vez realizado el proyecto, las familias no desembolsarían más de 25 mil pesos mensuales para obtener calefacción y agua caliente”.
Finalizado los estudios se pudo establecer que esta alternativa puede ser un buen camino de solución a las problemáticas medioambientales de Temuco y Padre Las Casas; siempre de la mano con un mejoramiento de la envolvente térmica de las edificaciones existentes. Sin una mejora sustancial de esta primera etapa no es viable complementarlo con tecnologías de este tipo, pues el dinero de los vecinos se fugaría al igual que el calor por las paredes. Su implementación bordearía los 200 millones de pesos.