Encontrar nuevas dianas terapéuticas para el alcoholismo es el objetivo común de tres destacados investigadores en Estados Unidos, España y Chile, quienes participaron en una conferencia organizada por la Universidad Autónoma de Chile en Santiago.

Los doctores Montserrat Navarro, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill; Inmaculada Cubero, de la Universidad de Almería; y Eduardo Karahanian, de la institución anfitriona, abordaron los resultados y alcances preliminares de sus más recientes investigaciones.

“Nuestro objetivo principal es identificar los sistemas implicados en el consumo de etanol y cuál es el más vulnerable, para determinar en el futuro un tratamiento efectivo”, explicó Navarro.

A partir de un estudio de laboratorio para establecer la efectividad de naltrexona –tratamiento aprobado en Estados Unidos- y las melanocortinas, “hemos demostrado que la interacción de ambos tiene un efecto sinérgico en modular el etanol, lo que significa que potencia la protección frente a la ingesta”.

Por su parte, la Dra. Cubero centra sus análisis en los efectos de ciertos neuropéptidos cerebrales sobre la regulación homeostática de la ingesta de nutrientes y alcohol en forma excesiva, en un breve período de tiempo.

“Hemos identificado un par de sustancias neuroquímicas –las melanocortinas y las orexinas- que parecen regular este mecanismo y hacer a las personas más vulnerables”, señaló.

Por su parte, el proyecto Fondecyt del investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas la Universidad Autónoma de Chile, Dr. Eduardo Karahanian, postula que los fibratos –empleados para controlar el exceso de triglicéridos en la sangre-, contribuirían a acelerar el metabolismo hepático en el organismo y a transformar rápidamente el alcohol en acetaldehído, molécula responsable de los efectos secundarios de la ingesta excesiva.

El consumo de alcohol en exceso generaría esos mismos efectos, provocando un rechazo a continuar la ingesta.

“En esta jornada –indicó el docente investigador- participamos tres especialistas en el mismo tema, que es encontrar los procesos cerebrales que causan adicción. Cada uno de nosotros ha llegado a tres respuestas distintas. Eso dice que todavía hay muchas cosas por descubrir”.

En esa misma línea, la Dra. Montserrat Navarro recalcó que el “trabajo de laboratorio no termina en el laboratorio. Si no tienes la oportunidad de compartirlo con la comunidad científica, tu trabajo no merece la pena”.

 

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