Expertos internacionales en el impacto de la inteligencia artificial en el área de la seguridad y del trabajo, y sus repercusiones en la privacidad de datos, el desplazamiento laboral y la equidad en el acceso a tecnología, expusieron en el Summit Internacional “La IA. ¿Cómo nos subimos a esta revolución mundial?” realizado en Asunción, Paraguay.

El encuentro fue organizado por la Universidad Autónoma del Paraguay, la Fundación Internacional ORP de España, la Universidad Autónoma de Chile y Global Academic Network.

Entre los ponentes participaron el profesor Francisco Bedecarratz, doctor y magíster en Derecho por la Philipps-Universität Marburg (Alemania), académico investigador de la Universidad Autónoma de Chile y coordinador del Grupo de Investigación “Inteligencia Artificial y Derecho”.

En su exposición, abordó diversos aspectos de la alta precisión (cerca del 99.97% según ejemplos en el mercado) y rapidez reconocimiento biométrico facial, destacando tanto sus capacidades técnicas para apoyar la seguridad ciudadana como las preocupaciones éticas y de privacidad asociadas.

“Estas capacidades permiten aplicaciones prácticas en una variedad de entornos, incluyendo seguridad pública y personal, a pesar de que la precisión puede variar significativamente en condiciones menos controladas”, explicó Bedecarratz.

La discusión también incluyó un análisis sobre los desafíos relacionados con el sesgo y la equidad en los algoritmos de reconocimiento facial, así como las reglas fundamentales necesarias para garantizar su implementación con respeto a los derechos de las personas.

“Aún persisten desafíos significativos -precisó-, especialmente en entornos no controlados y cuando se enfrentan a variaciones demográficas, lo que puede afectar la fiabilidad de los resultados y potencialmente llevar a errores graves en la identificación”.

Subrayó además la necesidad de regulaciones y marcos éticos sólidos para guiar el desarrollo y la implementación de tecnologías de reconocimiento facial. “Tomando como ejemplo el Reglamento de IA de la Unión Europea, aprobado el 13 de marzo de 2024, es clave considerar cuidadosamente las implicaciones de privacidad y los derechos individuales, así como la transparencia en el uso de estos sistemas”.

El Dr. Bedecarratz concluyó que aunque el reconocimiento facial ofrece beneficios significativos para la seguridad, es esencial abordar aspectos éticos y normativos para evitar abusos y garantizar que su uso sea justo y respetuoso de las libertades fundamentales.

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