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Arturo Duclos Zúñiga, integrante de la vanguardista Escuela de Avanzada Chilena de los ’80y quien expone por estos días en la Galería de Arte de la Universidad Autónoma en Talca, se autodefine como una mezcla de conocimientos y experiencias basada en su vida, sus estudios y creencias. Así nace su obra; una mixtura armónica de diversos credos y culturas, fusionados en una composición final que invita a la reflexión y admiración estética.

Desde pequeño tuvo contacto con mucha información artística como literatura, pintura, música y poesía. Aunque nadie en su familia era artista, él manifestó su inquietud de manera natural, tomando a los 13 años clases de pintura y violín.

Al mismo tiempo,  la filosofía y la historia pasaron a ser parte importante de su vida mientras cursaba sus años de enseñanza media en un importante colegio de nuestra capital. Más tarde estudió Licenciatura en Arte en la Universidad Católica, donde su profundo sentido cognitivo lo llevó a interesarse por materias como el latín y las comunicaciones, sin saber que años más tarde se transformarían en la base de su obra. Porque detrás de “un Duclos”, no sólo hay una composición armoniosa, sino que es un prácticamente un libro y un lenguaje transformado en arte.

Se reconoce como agnóstico, pero el judaísmo y el Maharishi Mahesh Yogi, por ejemplo, son algunas de las disciplinas espirituales que se funden para dar vida a su obra, ambas adquiridas durante una serie de investigaciones personales que apuntaban a diversas inquietudes espirituales y filosóficas del artista.

¿Cuál ha sido tu mayor logro como artista visual?

Creo que mi mayor logro, es mi mayor aporte al mundo de la cultura, en especial a los artistas. Fui uno de los primeros artistas visuales que a finales de los años ’80 y principios de los ’90 comprendió la importancia de exponer fuera de Chile, en las galerías y circuitos internacionales. Fui un pionero. Antes, salir de Chile no era tan fácil como hoy, donde cualquiera viaja en avión, pero en esa época a pesar de la cercanía en el tiempo ir al extranjero era remontarse a los viajes de Colón (ríe). Gracias a eso, hoy la meta cercana de un artista es exponer en el extranjero.

Francia, Holanda y Estados Unidos fueron algunos de los primeros países donde expuso Duclos, quien fue transformándose en un ícono para los jóvenes artistas visuales de los ’90. “Muy naturalmente los jóvenes que estaban estudiando en ese momento y egresando, se comenzaron a acercar a mí y mucha de esa gente terminó trabajando conmigo y convirtiéndose en grandes artistas, como Patrick Hamilton. En cierta forma es un privilegio haber sido la llave que abrió puertas a otros artistas emergentes, siempre es bueno difundir el arte”.

 ¿Cómo ves la nueva generación de artistas?

Creo que hay gente muy buena y con mucho talento. Pero eso no basta, se requiere de un perfil más aventurero y osado. El arte no se construye sin pasión y, sobre todo, sin la pasión  por conocer. Creo que esta es la principal falencia de las actuales generaciones, que se apoyan tremendamente en internet, sin embargo, este es un reducto desde el cual no se puede salir. Y muchos vienen muy “superados”, llenos de conocimientos y miran a sus profesores en menos y están llenos de Iphones y Ipads, consultando en la web. Pero no basta con googlear las cosas; no se debe confundir conocimiento con información. Ésta última es superficial, mientras que el conocimiento es profundo y duradero.

¿Qué te parece que la Universidad Autónoma de Chile de especial relevancia a las diversas manifestaciones culturales?

Siempre he pensado que éste es uno de los principales roles de las instituciones de educación. En este sentido, creo que es muy importante que en una ciudad como Talca se den estas instancias, donde la universidad genere contenidos y conocimientos hacia la comunidad y desde ahí se posicione como una buena alternativa académica. La universidad en la actualidad es como la Iglesia en la antigüedad; es la encargada oficial de impartir cultura en un mundo laico.

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