El uso eficiente y razonable de los recursos financieros es sin duda una de las herramientas más valiosas para desenvolverse a diario, sin poner el riesgo la estabilidad familiar o personal. Sin embargo, una de las principales dificultades que enfrentan las personas es precisamente la falta de gestión financiera.
«En un momento convulsionado con aires de crisis económica, en la que los precios de algunas materias primas han caído dañando los ingresos de algunos países y afectando, entre otros aspectos, la confianza de personas y empresas, sus inversiones y los niveles de crecimiento, nuevamente el tema del dinero, las finanzas y su administración adquiere relevancia para recordarnos algunos componentes elementales de una sana gestión”, según nos explica el Máster en Finanzas y director de la carrera de Auditoría e Ingeniería en Control de Gestión en Temuco, Mauricio Burgos.
En ese sentido, recuerda un viejo dicho campesino: “animal viejo es difícil que cambie, y tratándose de dinero, probablemente suceda lo mismo. Por ello, adquieren relevancia algunas ideas postuladas en una publicación extranjera en relación a formar hábitos y conductas apropiadas en los niños y cuya responsabilidad descansa en los padres”, precisa.
Sin embargo, una vez que hemos decidido enseñar a nuestros hijos a administrar el dinero o ahorrar, surgen de inmediato las preguntas: ¿qué debo hacer?, ¿por dónde empiezo? o ¿cuánto dinero debe administrar un niño?. Al respecto, el académico de la Facultad de Administración y Negocios nos plantea algunos puntos fundamentales a considerar, tales como:
Burgos añade que “si bien resultan valiosos cada uno de los conceptos anteriores, es conveniente no olvidar el papel fundamental que puede y debe jugar la enseñanza formal en torno al dinero y su gestión, en cada una de las etapas de evolución de nuestra vida, de manera tal que se conjuguen, complementen, corrijan y reafirmen los aportes, experiencias, conceptos y realidades”.
Finalmente, sostiene que es fundamental “incorporar en las mallas formativas educacionales actividades que propendan a ir asentando desde la infancia las buenas prácticas o principios financieros, que permitan enfrentar el presente y futuro de nuestro vivir de manera correcta y apropiada”.