Los episodios de contaminación en la región del Maule siguen siendo una de las mayores preocupaciones de las autoridades, del sector salud y de la población, que ve cómo su calidad de vida se va deteriorando por los episodios permanentes de mala calidad del aire. En efecto, Talca se ha convertido en una de las ciudades más contaminadas del país.
En la actualidad, se calcula que aproximadamente el 50% de la población mundial y el 90% de los hogares en zonas rurales recurren a la quema de biomasa como principal fuente de energía doméstica para cocinar o para calefacción. Eso conlleva que unos tres mil millones de personas en todo el mundo están expuestas de forma habitual a este contaminante.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE – Maule), la región tiene el porcentaje más alto de población rural de todo Chile (32.9%), con lo cual, es lógico que en esta zona se generen mayores cantidades de humo de leña.
Este preocupante panorama incentivó la investigación liderada por el docente y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile, Dr. Jordi Olloquequi, quien desde noviembre del 2015, gracias a la adjudicación de un FONDECYT (Nº 11150022) titulado “Análisis de genes relacionados con autoinmunidad e inflamación en sujetos chilenos con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica”, dirige un proyecto de investigación que consiste en analizar las características clínicas y moleculares de los enfermos de EPOC de la región del Maule y los efectos de los contaminantes sobre la población, permitiendo determinar correlaciones entre factores clínicos y ambientales, como la exposición al humo de biomasa o al del cigarrillo y factores moleculares, como la presencia de determinantes genéticos que pueden predisponer a la enfermedad.
Qué es la Biomasa y cómo afecta
Se entiende como toda fuente de energía proveniente de materia orgánica, es decir, de origen animal o vegetal que pueda ser usada como combustible, siendo los más usados la leña y el carbón. La biomasa cubre un amplio rango del material particulado de mayor tamaño presente en el humo, el que se deposita en las vías respiratorias irritándolas y pudiendo provocar síntomas en pacientes crónicos y en niños, así como también, irritar las mucosas de las personas sanas.
Estos elementos son quemados habitualmente en chimeneas y estufas con un sistema de ventilación deficiente, generando cantidades sensibles de contaminantes perjudiciales para la salud que pueden llegar a niveles de exposición entre 10 y 20 veces superiores a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El humo emitido en la quema de biomasa contiene más de 250 compuestos orgánicos que pueden variar en función del tipo de material y las condiciones de la combustión. Por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles, como el benceno, e hidrocarburos aromáticos policíclicos, como el benzopireno, los que son potentes carcinógenos para humanos. De hecho, muchos de estos compuestos son idénticos a los que se encuentran en el humo de los cigarrillos. Por otro lado, el humo de biomasa contiene una mezcla de partículas sólidas y líquidas de número, tamaño, superficie y composición química variables, llamadas material particulado que también pueden desencadenar respuestas perjudiciales para nuestro cuerpo”, destacó el docente investigador de la U. Autónoma.
De acuerdo a lo señalado por cientos de estudios, el humo generado por estas fuentes de energía dañan nuestro organismo de múltiples formas. En primera instancia, la inhalación de estos contaminantes tiene efectos nocivos y constituye un factor de riesgo de padecer diversas enfermedades respiratorias.
“Recientemente hemos publicado un artículo internacional en la revista Innate Immunity donde mostramos que el humo de leña puede afectar al funcionamiento de las defensas de nuestro organismo. Por otro lado, la exposición a este humo es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), de gran prevalencia en Chile y actual cuarta causa de muerte a nivel mundial”, puntualizó Olloquequi.
El Doctor en Biología Celular, aseveró que este contaminante también puede incrementar el riesgo de padecer otras enfermedades como asma, cáncer de pulmón, afecciones cardiovasculares, cataratas, accidentes vasculares encefálicos e, incluso, puede tener consecuencias adversas en el desarrollo neonatal.
Sin embargo, usar leña o carbón supone una fuente de calefacción relativamente barata, por ello es comprensible que en los hogares con menos recursos se opte por esta fuente de energía. No obstante, se hace necesario aumentar los esfuerzos para incrementar la conciencia respecto al riesgo que conlleva la exposición al material particulado que por estos días invade nuestras ciudades.
A juicio del académico de la Universidad Autónoma de Chile, existen diversas medidas que se pueden adoptar para reducir la emisión del humo de biomasa. “Existen algunos datos relevantes sobre los beneficios que supone reducir la exposición a este contaminante gracias a la sustitución de la biomasa por biogás o mediante mejoras en los sistemas de combustión y ventilación de chimeneas y cocinas. En un informe sobre la plataforma “HUMAN-Cien veces menos humo”, por ejemplo, se pone de manifiesto que la construcción de cocinas que disminuyen la contaminación domiciliaria en poblaciones de riesgo es factible y poco costosa. Por otro lado, fomentar el uso de energías poco contaminantes como la eléctrica mediante incentivos, especialmente en las poblaciones más desposeídas durante los meses invernales, podría ser una medida acertada”, puntualizó.
Finalmente, se espera que los resultados obtenidos de esta investigación -cuyo deadline es el año 2018- puedan ser claves para el desarrollo de nuevos fármacos y la aplicación de tratamientos específicos para cada tipo de paciente. Así como identificar genes relacionados con procesos de autoinmunidad e inflamación, para determinar su posible rol como marcadores genéticos de susceptibilidad a EPOC en la población chilena.