Manoj Pardasani, Ph.D. y académico de reconocida fama mundial en el Centro de Investigación Ravazzin de Trabajo Social en Envejecimiento, vino a Chile como parte de una serie de encuentros académicos en la Universidad Autónoma. Además, el 22 y 23 de agosto será uno de los invitados principales de las Jornadas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, las que se desarrollarán en el campus de nuestra institución en la ciudad de Talca.
Manoj Pardasani, doctor en Filosofía (Ph.D.) de la Escuela Wurzweiler de Trabajo Social, Universidad Yeshiva; se reunió con diversas autoridades de nuestra institución, entre ellas, el Rector de la Universidad Autónoma de Chile, Ernesto Schiefelbein; el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Dr. Ricardo Israel; el Secretario Académico de dicha Facultad, Marcelo Villagrán; el director de la carrera de Trabajo Social, Ignacio Inatzu; y la docente 721, Olaya Grau .
Manoj Pardasani comenzó su carrera como trabajador social en centros para adultos mayores, lo que despertó su pasión por el estudio de personas mayores. Ha llevado a cabo una serie de investigaciones regionales y nacionales sobre diseño e implementación de Centros de Adulto Mayor (Senior Centers), características de los administradores de centros de la tercera edad y sus participantes, y la promoción de políticas por los centros de la tercera edad, que han sido publicados en revistas, diarios académicos. Entre sus principales logros está el haber recibido el Premio al Investigador Sobresaliente 2004 por el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA). En 2010, el Dr. Pardasani colaboró con el Consejo de Centros de Mayores y Servicios de ciudad de Nueva York (CSCS) para realizar un estudio en toda la ciudad de participantes de centros de la tercera edad y los administradores. Los hallazgos del estudio han sido vitales para el desarrollo en la promoción de políticas y la planificación de diversos programas en Nueva York.
“Considero que el fenómeno de la vejez es distinto en América Latina en comparación a Norteamérica o Asia, pero creo que a nivel mundial la situación es la misma en el sentido en que la población está envejeciendo. La gente vive más y necesitan soporte y servicios, y en lugares como en América Latina, Asia y África, la cultura implica que la familia tiene que cuidar a los adultos mayores. Sin embargo, cuidar a alguien que está envejeciendo es muy caro. Cuando la persona depende de otras, ésta pierde su dignidad. Esto es diferente cuando el individuo tiene dignidad y tiene la capacidad para vivir su vida, es decir, ser independiente. El otro fenómeno que sucede es que cuando envejeces te dicen que es mejor retirarse, que es mejor apartarse, ver televisión, etc. En cambio, sabemos que las personas de edad aún tienen la capacidad de devolver algo a la comunidad, de entregar algo a la sociedad. Mientras los adultos mayores vivan con dignidad, con respeto y en continuo crecimiento, se vuelven mejores y más productivos. Lo que sucede en Latinoamérica es que algunas personas se enriquecen más y otras no tienen tanto. Se produce una gran brecha, en especial entre las personas de edad que no tienen familias. Entonces la solución proviene de la caridad privada o de la Iglesia. Quizá hace 30 años aquella situación era posible, pero hoy es imposible.
-¿Existe una fórmula que permita una mayor vida productiva para los adultos mayores?
Son realidades distintas, pero contamos con ciertos principios que pueden aplicarse en todo el mundo. Lo más importante es contar con ciertos soportes. De esta forma, no te haces tan dependiente de la familia, no permites que abusen de ti desde el punto de vista financiero y emocional. Cuando la persona se esfuerza por estar sano, por estar bien, por trabajar, el soporte que viene proviene de cada uno. Aquel fenómeno es muy positivo. Un aspecto que no pensamos es que la gente de edad retirada, que está en la mitad de los 60 años, tiene experiencias de vida, pueden convertirse en voluntarios y tienen la capacidad para entregar servicios a la comunidad. Todos son productivos. La gente de edad lo puede hacer, está capacitada para hacer clases, cuidar niños, etc. Mientras más joven uno se retira, más dependientes nos hacemos. Se gasta más dinero, se visita más a médicos, lo que se puede prevenir. También acontecen enfermedades como la demencia o alzheimer y las familias no siempre se pueden hacer cargo de dichas situaciones.
-¿Cuáles son las realidades en cuanto a la vejez en el extranjero?
Hoy hay un mayor entendimiento en temas de educación. La población se está haciendo más compleja. Por eso, las universidades deben incorporar el tema de la vejes como estudio. La vejez es un tema moral y ético que se debe analizar. Como sociedad no nos gusta hablar de esto, tenemos miedo, nos burlamos, se muestran a los ancianos como personas inútiles, locos, etc. La verdad es que a la gente adulta se las toma en cuenta cuando es periodo de elecciones. La razón es muy simple, la gente de edad vota. Por ejemplo, he visto a estudientes que se especializan en el trabajo con personas mayores. Según mi experiencia, trabajar con gente de edad es muy satisfactorio. ¡Es una experiencia asombrosa!
-¿Qué países son un ejemplo en el trabajo con ancianos?
Chile es muy similar a lo que sucede en China e india, en donde el vínculo con la familia es muy relevante. China es un buen ejemplo en temas de trabajo con adultos mayores. Es importante destacar el fenómeno en las comunidades de retirados. En EE.UU. existen comunidades independientes que se propagaron en Florida y en Arizona, pero para gente de clase media o con más recursos. Pero hoy los ancianos quieren estar con gente joven, no sentirse segregados, quieren ser parte de la sociedad.