alumnasEstudiantes de distintas carreras de la Universidad Autónoma comentan la experiencia del primer año de estudio. La posibilidad de conocer a nuevos amigos, aprender nuevos conocimientos y la importancia de la responsabilidad social son algunos de los atributos que han interiorizado durante su etapa de formación académica.

Todos concuerdan al señalar que la educación superior es una etapa de aprendizaje, en la que es esencial la formación del carácter y la definición de intereses para la vida profesional. Según especialistas, la clave para enfrentar este nuevo proceso se relaciona con el concepto de “ser universitario”. Esto significa asumir un compromiso con el aprendizaje continuo y en donde son relevantes las manifestaciones artísticas y culturales que contribuyen al reforzamiento del pensamiento crítico.

Otra clave es la priorización de la carrera, lo que significa aprender a ser disciplinado. A ello se suma la medición de las capacidades, es decir, saber hasta dónde se puede llegar. Víctor Cabrera, Académico de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma en Santiago, concuerda en estos puntos y agrega que “la gran mayoría sólo ha experimentado la vida del colegio, en donde somos dependientes. Estamos bajo la tutela, en gran parte, de nuestros padres. En cambio, en la Universidad nos enfrentamos a un mundo en donde uno es el responsable. Somos el constructor de nuestra propia historia y nos vinculamos con otras personas que no conocemos. Es lógico que se produzca la timidez o la incapacidad para saber cómo actuar. Después, cuando ya comenzamos a formar los primeros amigos, comienza una segunda parte. Nos acercamos a quienes tiene un estilo de vida parecido al mío, valores e intereses, etc. Son cambios naturales a nivel cognitivo”.

-¿Qué áreas del ser humano ser profundizan durante los primeros años de estudio?

Aquí menciono la experiencia como psicólogo, pero también la personal. Todos nosotros llegamos a la Universidad con una cierta mochila de conocimientos, competencias y capacidades, pero lo importante es cuestionarnos si dicho conocimiento y saberes son suficientes en cuanto a las exigencias del ámbito laboral. Si nos quedamos sólo con lo que aprendimos en el colegio, el horizonte se limita mucho. Por eso, es relevante tomar en cuenta aquellos moldes que vamos conociendo de personas que han sido exitosas en sus proyectos y en su ámbito personal. Vamos analizando cómo nos podemos acercar a dicho molde o estándar. La vida universitaria no sólo debe estar limitada a la vida universitaria, a lo que digan o enseñen los profesores. Al contrario, debe ser mucho más amplia tratando en lo posible de potenciar a un alumno que busca ir más allá, una persona que indaga sobre lo que le comentan. Sólo de aquella manera uno va mejorando y profundizando. Por ejemplo, hay colegios que pueden ser muy deficitarios a nivel formativo, pero sí el estudiante tiene la inquietud de ir más allá, tendrá un buen resultado a nivel académico. Por ejemplo, aquellos alumnos que tomaron la decisión de estudiar medicina lo han hecho a partir de sus intereses, son personas que han indagado y que además son lectoras.

-¿Cuál es la reflexión que deben incorporar los alumnos?

Primero voy a incorporar un conjunto de capacidades humanas y profesionales, pero la magnitud y profundidad de aquello va a depender de mi propia actitud personal, siempre teniendo como meta la fórmula que yo quiero lograr para alcanzar el éxito.

-¿Y los alumnos de primer año cómo deben enfocar las prácticas profesionales?, ¿Cómo deben tomar en serio aquellas primeras experiencias?

Lo primero es ser perseverante, responsable y comprometido. Este es un ejercicio que pone a prueba el acto de ser profesional. Además, es vital el acto de empezar de abajo, es decir, aceptar todo lo que venga. Atreverse a trabajar en distintas áreas. Ser muy voluntarioso respecto de las posibilidades que aparecen. Por último, no decir nunca “no sé”. Si yo digo que no sé algo, me limita. Al contrario, se debe pensar la idea de que “yo puedo”, “yo lo hago”, lo que implica que me las arreglaré con lo que tengo a mi disposición. Nunca se debe decir “no puedo”. Para ello, la clave está en ser proactivo y pensar en forma analítica, es decir, contar con una metodología indagativa.

Conoce el testimonio de los alumnos de la Autónoma durante su primer año de Universidad:

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