Desde que la pandemia del SARS-CoV-2 llegó a Chile, muchos elementos de la cotidianeidad se vieron afectados. Las restricciones impuestas, con miras a proteger la salud pública, derivaron en cambios notorios tanto en las rutinas como en la forma de llevar a cabo diferentes actividades.
Según estudios recientes, aquello también podría traer complicaciones en la salud de las personas. Así lo demostró una investigación realizada por la Dra. Mónica Andrews, Christine Kreindl y Lorena Salazar, académicas de Nutrición y Dietética de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago.
Según explicó la Dra. Andrews, la hipótesis de este trabajo científico, titulado “Asociación entre los estilos de vida saludable y la frecuencia de síndrome de intestino irritable”, era demostrar que efectivamente había relación entre los estilos de vida, como comer rápido, tomar bebida con las comidas, no dormir lo suficiente, comer antes de ir a dormir, falta de actividad física o tabaquismo- y la posibilidad de desarrollar esta enfermedad en adultos jóvenes chilenos.
“Nosotros nos preguntamos qué pasaría en Chile con estos factores, que hoy son tan frecuentes en nosotros, sobre todo con la pandemia y el estilo de vida que tenemos en Chile”, precisó la académica.
Con respecto a los resultados de la investigación, estos determinaron que “el consumo de proteínas, grasas saturadas y ácidos grasos monisaturados, se asociaban con la frecuencia de intestino irritable de forma significativa. Encontramos que el consumir frutas y verduras también tenía relación con el síndrome de intestino irritable, pero inversa. Mientras más frutas y verduras se consumían, menor es la frecuencia del síndrome de intestino irritable”.
Finalmente, la Dra. Mónica Andrews aseguró que este estudio puede permitir cambios en la forma en que se aborda una afección como el síndrome de intestino irritable, el que actualmente está enfocado al tratamiento farmacológico, según precisó la académica.
“Al poder educar a las personas, enseñarles cómo deben comer, el tiempo que deben tomarse en masticar los alimentos, comer más frutas y verduras, no fumar; eso tiene relevancia en salud. Tener una herramienta de tratamiento que vaya más allá de lo farmacológico es muy útil”, afirmó.