En el marco del III Congreso de la carrera de Pedagogía En la Lengua Castellana y Comunicación denominado La Encrucijada: Educación y (versus) Escuela, los estudiantes y académicos de la Universidad Autónoma de Chile en Talca compartieron con uno de los máximos exponentes de la educación en Chile, el Dr. Carlos Calvo.
Calvo, es académico postdoctoral de la Universidad de Stanford (USA) y de la Universidad de Lovaina, Bélgica. Asimismo, ha sido profesor invitado y conferencista en diversas universidades de América Latina, USA, Europa, India y China.
Autor del reconocido libro Del mapa escolar al territorio educativo; diseñando la escuela desde la educación, partícipe del documental internacional La Educación Prohibida, se ha convertido en un referente a la hora de comprender los procesos educativos y cómo éstos debieran respetar la dimensión humana del hombre.
Bajo el prisma del expositor, la Escuela -entiéndase por ésta establecimientos de educación primaria y secundaria- mantiene una deuda altísima con la educación, considerando que se ha alejado de los procesos educativos. “El ser humano está dotado para el aprendizaje, aprendemos con todo nuestro cuerpo y sus sentidos; nuestro cerebro es uno de los órganos más complejos del universo y, sin embrago, fracasamos en la escuela. Entonces, no hay ninguna correspondencia entre la disposición natural a aprender y los resultados escolares. Cuando uno mira a los chicos aprendiendo en contextos no escolarizados, cuando están aprendiendo autónomamente, nos damos cuenta que es una maravilla”, explicó.
En este sentido, Calvo plantea la interrogante respecto a ¿qué ha pasado en la escuela que los niños no están aprendiendo?
La respuesta es compleja, ya que son muchos los factores que confluyen en este desalentador panorama, más aún cuando nos percatamos que no es sólo un problema de forma, sino que especialmente de fondo: “el principal cambio debería nacer desde el punto de vista etimológico, deberíamos repensar la educación dentro de la escuela y quitarle a la escuela todo lo que queda de escolar. Eso significa que se entiendan los procesos de aprendizaje de manera distinta porque éstos no son lineales como se comprenden en el colegio; más bien son caóticos, de tensión, distracción, juego y concentración”.
Para el académico el juego no implica hacer cualquier cosa, sino que el que está jugando asume un gran compromiso emocional y corporal: “el niño que participa de una actividad lúdica programada pone su atención en ello, el pequeño está “siendo” en el juego; mientras que en la escuela sólo “está”. Hay que entender que este espacio de distención exige una disciplina y persigue un objetivo, pero respetando el desarrollo integral de la persona”.
En este último aspecto, el Dr. Calvo enfatiza que el aprendizaje es un proceso que se realiza entre personas, por tanto, el rol del profesor como mediador es fundamental para que el educando adquiera los conocimientos de forma natural, subrayando que “si respetamos la forma en que el hombre aprende, el docente pasa a ser un guía en este camino hacia la adquisición de los conocimientos”.
Desde la mirada del Ph.D en Educación, un proyecto educacional exitoso debe ser muy sencillo, ya que “debe apuntar a lo básico, por ejemplo, que el niño observe una determinada situación y argumente en torno a eso, que sea capaz de contrastar lo que vio hoy con lo nuevo, que pueda explicar porque algo le llamo más la atención que lo otro. Es decir, en la medida que los pequeños vayan argumentando y contra argumentando, tenemos garantizados los procesos de aprendizaje. Y si esto además está sostenido por una afectividad – en el sentido de acoger al otro en su legitimidad- pienso que no hay más que analizar”.
¿Qué desafíos impone este esquema a las autoridades?
Lo primero que esperaría de las autoridades -señala el experto- es que se liberen de los estereotipos con los cuales se está trabajando. En principio, hay que disminuir la carga académica de los programas de estudios donde el profesor -para alcanzar a pasar la materia designada por el Ministerio de Educación- no le queda otra alternativa que basar sus clases en un Power Point y pasar de un click a otro. En este panorama se pierde el real sentido de la educación que es que el alumno aprenda.
Añade que otro punto importante es el que estudiante debe aprender en un ambiente de libertad, donde esto se da de manera fidedigna y la única forma que lo entienda es ejerciéndola. La persona que es libre se compromete con su desarrollo y su aprendizaje. La persona que es libre, es responsable consigo misma y con la sociedad en que vive.