En todo el mundo se celebró este sábado el Día del Libro, que recuerda el fallecimiento de tres grandes de la literatura universal: Miguel de Cervantes y Saavedra, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega.
La fecha fue instaurada en 1995 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a partir de la iniciativa de un escritor español.
“Entre sus objetivos está el de estimular el gusto por la lectura, fomentar la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual a través del derecho de autor”, recuerda el director de Publicidad y Comunicación Integral de la Universidad Autónoma de Chile, magíster Antonio Basauri.
Especialmente entre los más jóvenes, que han de ver en ellos la expresión de millones de ensayistas, novelistas y amantes de las letras, que buscan a través de su arte transmitir experiencias y emociones que fortalecen el espíritu.
“Chile es un país que ha regalado al mundo grandes escritores, como Neruda, Mistral, Isabel Allende y Jorge Edwards, solo por citar algunos. Sin embargo, los centros educativos deben hacer enormes esfuerzos para que sus estudiantes (en los niveles básico, secundario y superior) asistan a las bibliotecas y soliciten libros”.
Para Basauri, una forma de revertir esta desalentadora tendencia es “juntarse en la familia, con los amigos, los compañeros de curso o quien más nos agrade, a leer un libro, o parte del libro. Y descubriremos que con esa lectura entraremos en contacto con un mundo fabuloso, entretenido… el mundo de nuestra imaginación”.
“La lectura es fundamental en el proceso de aprendizaje, y en la universidad se le estimula como estrategia de enseñanza, por ejemplo, por medio del método de lectura clase a clase”.