El Centro de Innovación y Desarrollo Docente-DOCENTIA de la Vicerrectoría Académica, promueve una cultura de innovación educativa mediante la formación pedagógica, el fomento de la innovación tecnológica y la creación de redes colaborativas.

Así, potencia los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de estrategias que incluyen la formación continua, asesoría docente, calidad pedagógica, y la prospección de nuevas tendencias educativas.

Se ha convertido además en un centro de desarrollo de competencias, trabajando colaborativamente con unidades académicas como la Facultad de Ciencias de la Salud, a través de la revisión, validación y certificación de sus cursos orientados a profesionales del área.

“La excelencia no sólo reside en el dominio de las materias disciplinares -señala la Secretaria Académica de la Facultad, Pamela Maureira-, sino también en la capacidad de los profesores para impartir conocimiento de manera efectiva. Esta premisa tiene aún más valor en el área de la salud”.

Asegura que “es fundamental contar con académicos expertos que conduzcan el proceso formativo en un ambiente colaborativo, seguro e innovador, sustentado en la evidencia científica y en la toma de decisiones asertivas que promuevan el desarrollo de los talentos de sus estudiantes”.

Asistencia técnica y acompañamiento

Consecuentes con este desafío, su Unidad de Educación en Ciencias de la Salud es la encargada de la formación permanente, el perfeccionamiento continuo y el seguimiento de los académicos y colaboradores del área, entre otras responsabilidades.

Hemos capacitado a aproximadamente 600 profesionales y académicos en metodologías docentes a través del Diplomado en Educación en Ciencias de la Salud y el plan regular de capacitación académica”.

A su vez, la Unidad mantiene un contacto permanente con DOCENTIA “realizando un trabajo colaborativo que ha permitido incrementar el desarrollo de académicos, promoviendo el trabajo en equipo con otras facultades y centros de la Universidad”.

Todos estos esfuerzos en materia de formación -añade Pamela- contribuyen a mejorar la curva de aprendizaje de los estudiantes, el modelamiento ético y de responsabilidad social, a optimizar la relación profesor y estudiantes, la fidelización académica, generar investigación y difusión de conocimientos, y una vinculación más efectiva con los centros de práctica.

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