Con varios torneos internacionales y lugares destacados en el cuerpo, dos alumnas de la Universidad Autónoma de Chile inician hoy su viaje a Estados Unidos para participar en el Campeonato Mundial de Cheerleaders, que se realizará el jueves y viernes próximo.
Camila Troncoso Jiménez y Valeria Muñoz Aparicio, de Enfermería y Kinesiología, respectivamente, son parte de la selección chilena de esta disciplina, que desde mayo del año pasado es considerado un deporte y ahora busca estar dentro de las competencias olímpicas.
Participarán además en el Mundial de Clubes esa misma semana en representación de Unión Panteras Chile, UPAC, una de las organizaciones más importantes del país en ese deporte, tanto en número de integrantes como en premios obtenidos. “Es el único en Chile que ha alcanzado el primer lugar en ese campeonato”, dice Camila.
Ambas parten confiadas en las coreografías que han preparado junto a sus técnicos y sus compañeros de equipo. Así, saben que pueden dar una sorpresa a Chile, por sobre grandes potencias como los locales y Canadá, “que practican este deporte desde la enseñanza secundaria”.
“He practicado otros deportes –señala Valeria- pero el cheerleader tiene algo que me entusiasmó desde el primer momento”. “Es una disciplina integral que trabaja varias zonas del cuerpo y no sólo una; considera gimnasia, fuerza y resistencia. Requiere además de mucha memoria coreográfica, ritmo y precisión en cada uno de sus movimientos”.
Camila destaca además su carácter colectivo. “Es cien por ciento confianza en uno mismo y también en lo que hace el otro. Cuando hacemos elevaciones, por ejemplo, debo confiar ciegamente en lo que hacen los otros integrantes del equipo y ellos, a su vez, confían absolutamente en lo que yo hago”.
Cualquier movimiento incorrecto, agrega, no sólo pone en riesgo la rutina sino la integridad física de los deportistas. “Si en vóleibol por ejemplo le pego mal al balón otro jugador puede arreglarlo, pero aquí no hay margen de errores; todo tiene que ser perfectamente sincronizado”.
El deporte nació como una forma de animar a los espectadores de otras disciplinas y lentamente fue ganándose un espacio propio. “Y la gente realmente queda impactada con las rutinas que hacemos en nuestras presentaciones. Eso es súper gratificante”.
Camila lleva ya siete años en este deporte y Valeria casi diez. Ambas comparten más que ser alumnas de la Universidad Autónoma de Chile: una inquebrantable pasión por el cheerleader y la aspiración de estar entre las mejores del mundo.