Según un informe del Ministerio de Energía, en la última década el consumo de electricidad en Chile ha crecido en promedio 3,6% anual. El sector residencial ha aumentado en un 5,2%.
Del total de consumo de energía de un hogar chileno promedio, más de la mitad corresponde a electricidad, principalmente para calefacción en invierno y climatización en verano, en especial en las regiones Metropolitana, del Biobío y Los Lagos. En promedio, significa una cuenta de luz de $600.000 al año.
El lunes 1 de julio pasado comenzó a operar el ajuste en la tarifa de la energía eléctrica en Chile de acuerdo al consumo y a la región, debido al congelamiento de precios fijado hace casi cinco años, lo que supone una mayor carga en el presupuesto familiar. En octubre próximo habrá otra alza.
Depender menos de la red eléctrica
En un contexto de cambio climático y crisis hídrica, transitar hacia un mayor uso de paneles solares fotovoltaicos, que transforman directamente la energía luminosa del sol en corriente eléctrica, parece ser una buena idea no sólo para ahorrar sino también para el medio ambiente.
“Un hogar típico en Chile puede reducir entre 1.5 y 3 toneladas la generación de CO₂ al año utilizando energía solar en lugar de electricidad de la red, que principalmente proviene de fuentes no renovables”, asegura el Dr. Luis Ballesteros, del Grupo de Investigación en Energía y Procesos Sustentables de la Universidad Autónoma de Chile.
Para maximizar la eficiencia, el Dr. Ballesteros argumenta que los paneles fotovoltaicos pueden operar incluso con sistemas de almacenamiento de energía adicionales avanzados, como baterías de litio.
“Acumulan la energía solar generada durante el día para su uso nocturno o en días nublados, asegurando un suministro constante. Esto incrementa el autoconsumo, reduce la dependencia de la red eléctrica y los costos energéticos, y mejora la resiliencia ante interrupciones”.
Energía limpia e inagotable
La energía solar es la fuente de energía más barata de la historia según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Chile es el segundo país con mayor potencial solar a nivel global de acuerdo al Banco Mundial, especialmente en la zona norte.
Pero considerando que el potencial de energía solar no es el misma a lo largo del país, para asegurar su optimo funcionamiento en zonas más meridionales “es crucial ajustar la orientación y el ángulo de inclinación de los paneles; evitar sombras y mantenerlos limpios de polvo y residuos, e instalarse en ambientes con baja contaminación química y salina utilizando materiales resistentes a la corrosión”.
Además, “se pueden instalar en techos inclinados ocupando 25 a 30 metros cuadrados para un sistema de 4 kWp, que puede generar alrededor de 6.000 kWh al año”.
Según el Dr. Ballesteros, los paneles solares tradicionales de silicio tienen una eficiencia de conversión de alrededor del 20 a 22%. “Las nuevas tecnologías, como los paneles de perovskita, han alcanzado eficiencias de hasta el 29.8% en condiciones de laboratorio, pero aún enfrentan desafíos en términos de estabilidad y durabilidad”.
Así, a medida que la tecnología solar continúa avanzando, la eficiencia de conversión de la luz solar en electricidad también mejora, haciendo que la energía solar sea aún más competitiva y viable como una fuente sostenible y económica a largo plazo.