El Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea ha establecido la igualdad de género como una prioridad clave en su política de investigación, mientras en Chile, CONICYT acaba de dar a conocer su Política Institucional de Equidad de Género en Ciencia y Tecnología 2017-2025, que busca promover y potenciar la igualdad de género en el desarrollo de la actividad científica. Sin embargo, poco se sabe de medidas concretas para avanzar realmente en ello.

“En el mundo de las Ciencias hay una brecha vertical entre hombres y mujeres, es decir, mientras más se avanza en la carrera científica o de investigación menos mujeres existen”, asegura la académica investigadora, Dr. Adriana Bastías, quien se incorporó a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, a través del programa Teaching in Chile, y es, además, vicepresidenta de la Red de Investigadoras.

Explicó que a nivel nacional se titulan de carreras de pregrado más mujeres que hombres y luego ingresan a estudios de postgrado en forma muy similar. Sin embargo, cuando se analizan las cifras de quienes obtienen un postgrado, ya comienzan a observarse diferencias. “A nivel de universidades un 30% de las docentes posee el grado de Doctor; un 27% de los proyectos Fondecyt adjudicados (la principal fuente de recursos para investigadores en Chile) son liderados por mujeres; las directoras de centro de investigación son un 16%; y existe solo una mujer rectora (Universidad de Aysén) dentro de todas las Universidades pertenecientes al CRUCH”, detalla.

Añade que un reciente estudio en 20 países latinoamericanos muestra que solo cinco han alcanzado la equidad de género en Ciencia y Tecnología, mientras que Chile se encuentra dentro de los últimos, “donde más esfuerzos hay que hacer en este tema”, recordando que en el reciente Congreso del Futuro, nuestro país contó solo con un 13% de expositoras femeninas, careciendo de ellas en 5 de las 7 ciudades donde se realizó el evento.

Dra. Adriana Bastías 1 webLa Dra. Bastías sostiene que las principales barreras para la inclusión de la mujer provienen de la estructura patriarcal de la sociedad que marca desde la infancia. “A eso le sumas que existe precariedad laboral en la investigación en Chile, donde en los proyectos se trabaja sin contrato, donde estudiantes de doctorado o postdoctorantes con proyectos Fondecyt no tienen derecho a sala cuna, hace muy complicada la situación”.

En este marco, la académica destaca el papel de la Red de Investigadoras, que ya desarrolla su III Encuentro Mujer y Ciencia en la Región de O’Higgins. “Partimos en el 2015 como una red, con personalidad jurídica desde el año pasado. Nos dedicamos a hacer y divulgar ciencia, tecnología e innovación, pero con enfoque de género. Somos un grupo de aproximadamente 60 personas desde Arica a Valdivia (9 hombres adhieren a esta red). Uno de nuestros objetivos es visibilizar a las mujeres que se dedican a la investigación en todos los ámbitos y apoyarlas, además de romper con la idea que el género es un tema de moda, sino que algo justo y necesario. Incluso pensar en una acreditación en equidad de género por parte de las universidades e instituciones de investigación nos ayudaría a romper las brechas de género existentes”.

La Dra. Bastías participó en el proyecto ARPA (Activando la Resolución de Problemas en las Aulas), donde fue formada como monitora por el Dr. Patricio Felmer, Premio Nacional de Ciencias Exactas. “Una excelente experiencia que me marcó como docente”, subraya. Actualmente, desarrolla un proyecto Fondecyt sobre especies nativas de plantas del género Atriplex y su biodiversidad, que crecen en zonas áridas y calurosas, sirven de alimento para animales y tienen interesantes propiedades como fitorremediadores de metales en suelo.

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