Se trata del proyecto “Laboratorio de Supercómputo para Inteligencia Artificial, SCAI-Lab”, una iniciativa de gran escala que reúne a 65 instituciones del país y que contará con una inversión de 7 millones de dólares en su etapa inicial. Esta iniciativa es financiada por Corfo, con el respaldo del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Este laboratorio busca posicionar a Chile como un referente regional en capacidades de supercómputo e inteligencia artificial (IA), con impacto directo en áreas estratégicas como la salud, seguridad, clima, energía y otros temas relevantes. Reducir la dependencia tecnológica y desarrollar soluciones locales son algunos de los objetivos que persigue esta red, que integran universidades, centros de I+D, empresas tecnológicas y hubs de innovación.
Para la investigadora en astroquímica y académica del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile, e integrante de esta red, Dra. Natalia Inostroza, “esto tendrá un impacto significativo en todos los grupos de investigación que requieran de cálculos y simulaciones computacionales para abordar objetivos diversos, desde la construcción, el medio ambiente, la biotecnología, hasta áreas de la biología. Cuando nuestros investigadores tengan acceso a este supercentro y los modelos de IA estén entrenados, aflorarán muchas ideas que hasta hoy no se han pensado ni desarrollado”.
Dra. Natalia Inostroza
La Dra. Inostroza, quien además es Directora del Núcleo de Astroquímica y Astrofísica de la U. Autónoma, destaca que SCAI-Lab potenciará significativamente las capacidades de los grupos que utilizan simulaciones computacionales y modelos de inteligencia artificial para resolver preguntas científicas complejas: “Esto tendrá un impacto directo en líneas de investigación como la biotecnología, la construcción, el medio ambiente y, particularmente, la astroquímica. Al contar con acceso a este centro de supercomputación, nuestros investigadores podrán ejecutar cálculos de alta demanda y avanzar en investigaciones que hoy son inviables por limitaciones tecnológicas”.
Formación y colaboración
Su grupo contribuirá al SCAI-Lab en tres líneas complementarias: Modelamiento cuántico-molecular de especies interestelares; Simulación de procesos físico-químicos en entornos astrofísicos extremos y colaboración con astronomía observacional y análisis de datos.
“Nuestro trabajo requiere el uso intensivo de HPC (computación de alto rendimiento), ciencia de datos e IA. Esta infraestructura nos permitirá acelerar los tiempos de cálculo, ampliar la escala de nuestros modelos y mejorar la calidad de los resultados”, agrega.
Además del impulso a la investigación, la participación en SCAI-Lab abrirá espacios para la formación interdisciplinaria de estudiantes, la realización de talleres científicos y la vinculación con centros de excelencia y empresas tecnológicas de todo el país. “Esta red fomenta la colaboración científica nacional, potencia el desarrollo de capital humano avanzado y permite que nuestras y nuestros estudiantes se formen en áreas clave como inteligencia artificial, modelamiento computacional y análisis de datos”, señala la Dra. Inostroza.
La participación de la Universidad Autónoma en SCAI-Lab representa un hito estratégico en el fortalecimiento de sus capacidades tecnológicas y científicas, así como una apuesta concreta por contribuir a la transformación digital, el conocimiento abierto y la resolución de los desafíos del siglo XXI desde una perspectiva local.