• La participación de 17 estudiantes en el proceso de capacitación y de 10 en las visitas domiciliarias evidencia un compromiso real con iniciativas que contribuyen al desarrollo de competencias técnicas, éticas y humanas.

La Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco, realizó el cierre del programa “Mediadores de Lectura para Personas Postradas”, una iniciativa impulsada por la dirección de Vinculación con el Medio (VcM), en alianza con la Municipalidad de Temuco y centros comunitarios de la comuna. El proyecto capacitó a estudiantes de las carreras de Trabajo Social, Educación y Psicología para llevar lecturas a personas postradas y a sus cuidadoras, con el propósito de promover el acceso a la cultura, el acompañamiento emocional y la creación de espacios de autocuidado para quienes ejercen labores de cuidado permanente.

Durante esta etapa piloto, un grupo de 10 estudiantes realizó visitas domiciliarias semanales, generando vínculos significativos con las familias. Según los equipos participantes, la experiencia estuvo marcada por emociones como la satisfacción, la ternura y el agradecimiento, reflejadas especialmente en las cuidadoras, quienes señalaron que la lectura se convirtió en un hábito esperado y en un momento de respiro dentro de sus rutinas. El equipo académico destacó también que esta intervención permitió constatar la soledad y desconexión de redes en la que viven muchas personas cuidadas, reafirmando el valor social del proyecto.

El director corporativo de Vinculación con el Medio, Humberto Salas, subrayó el aporte social de la iniciativa y la vocación de servicio del estudiantado: “Estas instancias fortalecen nuestro rol público como Universidad y nuestra puesta en valor social. Este granito de arena que ustedes aportan, llevando lectura y compañía a quienes más lo necesitan, es tremendamente notable. Todo esto se construye desde la motivación y la voluntad de hacer el bien, y desde VcM seguiremos impulsando espacios como este”.

Por su parte, la vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, Ana Luz Higuera, relevó el carácter interdisciplinario de la experiencia y su valor formativo: “Esta iniciativa permitió articular el trabajo de estudiantes altamente motivados por contribuir. La participación de 17 jóvenes en la capacitación y de 10 en las visitas domiciliarias refleja un compromiso genuino con experiencias que fortalecen competencias técnicas, éticas y humanas. Este voluntariado nos recuerda que el ejercicio profesional se fundamenta en la dignidad y el respeto hacia la vida íntima de las familias que nos acogen”.

La autoridad académica agregó que la apertura de los hogares por parte de los centros de cuidado y las familias demandó un profundo respeto hacia las realidades y dolores que allí se encontraron, destacando que la Universidad se compromete a brindar experiencias formativas responsables y socialmente significativas: “Esta experiencia ha tenido un enorme valor social y una contribución concreta a la calidad de vida de las personas cuidadas y sus cuidadoras. Nuestro desafío es fortalecer esta propuesta y avanzar hacia nuevas versiones que integren mejoras y nuevas alianzas”, agregó Higuera.

El encargado del Departamento de Cultura y Bibliotecas Municipales, Rodrigo Hiriarte, valoró la innovación social que representa el programa: “Estamos muy agradecidos porque lo intentamos el año anterior y no resultó. Este año, desde enero, logramos desarrollar una iniciativa única, porque ninguna otra biblioteca había hecho algo similar para nosotros. Esto es innovación social: no se trata de entregar tablets o computadores, sino de generar conocimiento a partir de experiencias que contribuyen directamente a las personas”.

Proyección
El equipo organizador proyecta avanzar en una investigación formal sobre el impacto de la lectura en la calidad de vida de personas postradas, incorporando indicadores de bienestar emocional, hábitos de vida, memoria y redes de apoyo. Asimismo, se evalúa la postulación de la iniciativa a fondos internos y externos, con el fin de consolidarla como un programa permanente de responsabilidad social universitaria.

Con el cierre de este ciclo, la institución superior consolida su compromiso con el servicio a la comunidad, la formación integral y la construcción de proyectos interdisciplinarios que fortalecen el vínculo entre la academia y los territorios.

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