Con positivos resultados culminó el Proyecto FONDEF IDeA I+D 2023 de Investigación Aplicada “Desarrollo de un textil biodegradable y compostable, como sustituto del uso del plástico en la producción agrícola (mulch o mantillo)”, iniciativa liderada por la Dra. Yaneris Mirabal, investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chile.
La investigación abordó uno de los principales desafíos ambientales del sector agrícola: el uso masivo de plásticos de lenta degradación que permanecen por décadas en los suelos. Frente a ello, el proyecto desarrolló un textil biodegradable y compostable que cumple funciones agronómicas similares al mulch convencional, pero con la capacidad de reintegrarse a la tierra sin dejar residuos contaminantes.
La directora (i) de Vinculación con el Medio, Nicole Cancino, destacó la relevancia de este trabajo para la Universidad y su impacto ambiental. “Esta investigación liderada por la Dra. Mirabal es muy relevante para la Universidad, ya que da cuenta de un trabajo arduo y sostenido que permite contribuir directamente a la disminución del impacto ambiental que generan los plásticos agrícolas. La creación de este textil, que cumple funciones agronómicas y puede reintegrarse al suelo sin dejar huella contaminante, constituye un gran aporte al cuidado del medio ambiente”, Comentó.
Por su parte, la Dra. Yaneris Mirabal, académica de la Facultad de Ingeniería, integrante del Instituto de Ciencias Aplicadas y del claustro del Doctorado en Ciencias Aplicadas, valoró el cierre del proyecto tras dos años de intenso trabajo investigativo.
“Este fue un proyecto de mucho esfuerzo, pero con resultados muy positivos. Seguimos trabajando bajo el enfoque de economía circular, utilizando residuos que puedan reincorporarse al proceso productivo y darles una segunda oportunidad, disminuyendo así los contaminantes, particularmente el plástico utilizado en agricultura”, explicó.
La investigadora detalló que el textil desarrollado incorpora materiales orgánicos y bacterias benéficas que favorecen el crecimiento de las plantas y fortalecen su defensa frente a patógenos.
“Si bien en términos de propiedades mecánicas no supera al plástico convencional, posee otras características muy atractivas: es biodegradable, aporta al mejoramiento del crecimiento vegetal y contribuye a la salud del suelo, lo que lo hace competitivo frente a las soluciones existentes”, agregó.
El proyecto también permitió fortalecer redes de colaboración internacional, destacando el trabajo conjunto con la Universidad de La Habana, cuyos investigadores realizaron estadías en la Universidad Autónoma de Chile. Como resultado de esta cooperación se generaron tres publicaciones científicas y se proyecta la firma de nuevos convenios para continuar y escalar esta línea de investigación.
Pese a las dificultades enfrentadas durante su ejecución —incluyendo contingencias climáticas que retrasaron el trabajo experimental—, la Dra. Mirabal subrayó la satisfacción por los logros alcanzados.
“A pesar de los desafíos, logramos cumplir los objetivos que nos propusimos y cerrar el proyecto con muy buenos resultados. La idea ahora es que este trabajo no termine aquí, sino que continúe creciendo y aportando soluciones concretas a la agricultura y al medio ambiente”, concluyó.