Finalizada la tradicional bienvenida a los nuevos estudiantes de la Universidad Autónoma de Chile, la sensación en los pasillos de la sede Santiago es de expectación por cómo se viene este 2017. Pero a pesar de las dificultades académicas propias de la educación superior, la Semana Mechona trajo mucho más de entusiasmo para encarar esos desafíos.
Durante cuatro días, tres mil alumnos de primer año y cursos superiores, se fundieron en una sola gran comunidad estudiantil en torno a la acción social, el juego y la alegría. Es la otra cara de la experiencia universitaria, lejos de los libros, calculadoras y laboratorios clínicos.
“En cada una de las actividades programadas, hemos incorporado con éxito las distintas dimensiones que forman parte del verdadero espíritu de la educación superior”, señaló el director de Asuntos Estudiantiles en Santiago, Mario Contreras.
El resumen de la jornada es, a su juicio, más que positivo. “Vivimos la alegría, el entusiasmo, la solidaridad y el respeto mutuo. Ese el sello de quienes se han integrado este año a la Universidad Autónoma de Chile y que mañana, cuando se titulen, los diferenciará de otros profesionales”.
Este jueves terminaron cuatro días de bienvenida, con una fiesta que quedará en la memoria de sus protagonistas. Cuatro días que combinaron las responsabilidades académicas con la entretención, el compañerismo y el sentido de pertenencia a una institución de educación superior de más de 27 años de trayectoria.
Para Sara García, de Enfermería, “ha sido una dinámica muy divertida y como alumna de primer año me siento muy agradecida de ser recibida en la universidad de esta forma, en un ambiente de amistad, de mucha risa y muy ameno”.
Todo se desarrolló en un ambiente de camaradería, que da más ánimo para enfrentar el desafío de estar en la universidad. “Es importante conocer gente, no solo de mi carrera sino también de otras Facultades, y claro, estudiar porque es fundamental para cumplir mis metas como persona y como futura enfermera”.
Lo mismo sostuvo Viera Díaz, quien además se mostró sorprendida la “intensidad” de la Semana Mechona. “Se nota que hay mucho esfuerzo en hacer todas estas actividades, y quizá por eso mismo participaron tantas personas”.
Ampliar su red de amigos y conocidos, saber cómo son otras carreras y cumplir con sus obligaciones, son también algunas de sus prioridades. Y al igual que Sara, asume su condición de universitaria como una responsabilidad consigo misma, su familia y su propia casa de estudios.
Terminado marzo, vuelven las clases normales, la preparación de trabajos y pruebas. Pero ahora con una nueva sensación: la de ser parte de una comunidad que tiene en común mucho más que estudiar en la misma universidad.