Estudiantes de Terapia Ocupacional desarrollan intervenciones psicomotoras en residencias de protección infantil, en una experiencia concreta de aprendizaje con impacto social.
La Universidad Autónoma de Chile en Talca, a través de la carrera de Terapia Ocupacional, desarrolló el proyecto piloto “Manos que sanan”, una iniciativa que busca articular la formación académica con el compromiso social.
El programa se desarrolla en conjunto con el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia y la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VcM), respondiendo a necesidades reales de la infancia en situación de vulnerabilidad.
La experiencia involucra a estudiantes de cuarto año que cursan la asignatura “Salud Física Infanto-Juvenil”, quienes realizaron durante abril y mayo evaluaciones psicomotoras a niños y niñas menores de dos años en diversas residencias de las comunas de Maule, Talca, Curicó y Molina.
Dicho proceso utilizó como herramienta clave la observación directa, permitiendo elaborar diagnósticos individuales y diseñar estrategias de intervención personalizadas.
Las recomendaciones fueron entregadas a las cuidadoras de trato directo, con el objetivo de integrarlas en las rutinas diarias y favorecer así el desarrollo integral de los niños y niñas.
El proyecto es liderado por los docentes Joaquín Lineros y Nicol Rojas, bajo la metodología de Aprendizaje + Servicio (A+S), que integra conocimientos académicos con experiencias prácticas en contextos reales.
Según explicó la profesora Rojas, “estas instancias permiten que los estudiantes se enfrenten a distintas realidades, comprendiendo que el contexto es clave en los procesos de intervención. Lo aprendido en aula toma un nuevo significado cuando se aplica con personas en situaciones concretas”.
En la misma línea, Lineros destacó el impacto formativo de la experiencia: “Abordar la teoría en el aula es una cosa, pero llevarla a la práctica en un entorno real permite un aprendizaje mucho más significativo. Los estudiantes valoraron profundamente este espacio, ya que pudieron concretar lo que antes veían como algo abstracto”.
Por su parte, Berenice González, coordinadora del área A+S en la sede Talca, recalcó el valor de la experiencia en la formación integral. “Este tipo de actividades permite a los estudiantes tomar contacto directo con las problemáticas de su entorno, desarrollando responsabilidad social y preparándose para intervenir con pertinencia cuando egresen”.
El impacto social del proyecto también fue reconocido por Francisca Díaz, coordinadora de salud de la Fundación Desafío Levantemos Chile, quien valoró la intervención como una respuesta concreta a una necesidad urgente: “Muchas residencias no cuentan con acceso a terapeutas ocupacionales. Esta evaluación permitió identificar brechas en el desarrollo infantil y ofrecer estrategias aplicables en el día a día de las cuidadoras”.
A su vez, desde el Servicio de Protección Especializada de la Niñez y Adolescencia, Marcela Gatica, jefa regional de asistencia técnica y monitoreo, destacó la colaboración sostenida con la universidad y los beneficios para mejorar la intervención con los niños. “Este trabajo colaborativo ha sido clave para reducir brechas en los procesos de atención y formación profesional”.
La directora de Terapia Ocupacional, Luisa Guerra, puso en contexto la relevancia del proyecto considerando el aumento en el número de niños en residencias en los últimos años: “Entre 2021 y 2025, la cifra ha crecido en cerca de un 70%. Estas experiencias nos permiten responder de forma concreta a realidades urgentes, mientras fortalecemos las capacidades de nuestros equipos docentes y estudiantes”.
Finalmente, Loreto Contreras, encargada de Sostenibilidad y Responsabilidad Universitaria (RSU), resaltó el carácter estratégico de esta alianza institucional: “Tras años de trabajo colaborativo con diversas instituciones, este proyecto refleja la consolidación de una labor conjunta, donde distintas asignaturas y carreras se articulan para lograr un impacto real en la comunidad”.