La Universidad Autónoma de Chile realizó el taller “Ciencia Abierta y Territorios: desafíos y oportunidades para universidades”, dictado por Ángel M. Delgado, profesor asociado del área de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España).
Con más de 15 años de trayectoria, el profesor Delgado, ha desarrollado e implementado programas formativos dirigidos a estudiantes y personal docente e investigador, centrados en el fortalecimiento de competencias digitales, comunicación científica y evaluación de la investigación. Su labor también incluye asesorías a autores/as, equipos editoriales, evaluadores/as y organismos tomadores de decisión en un contexto marcado por la transición hacia modelos de ciencia abierta.
La actividad fue financiada por el Fondo de Publicación de Revistas Científicas de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) —Convocatoria 2024 FP240002—, dirigido por la Dra. Vania Figueroa, Directora de la Unidad de Igualdad de Género de la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados (UI-VRID). Contó además con la colaboración del Centro para la Transversalización de Género (CTGénero) en I+D+i+e (FDI AE UAU22101), financiado por el Ministerio de Educación, y de la Cátedra UNESCO de Educación Científica para la Ciudadanía.
“La ciencia abierta se ha consolidado como un paradigma global que promueve la transparencia, la inclusión y la colaboración en la producción del conocimiento científico. En este marco, las revistas académicas cumplen un rol estratégico como mediadoras entre la producción científica y su circulación en los territorios”, señaló Alejandra Ortega, coordinadora e investigadora del área de Ciencias Sociales del CTGénero.
Durante su exposición, el profesor español, destacó que la ciencia abierta constituye “un cambio estructural para todos los agentes involucrados, no solo para el personal investigador, sino también para las agencias financiadoras, las universidades y la ciudadanía. Es una forma diferente de hacer ciencia: seguimos haciendo lo mismo, pero de una manera distinta, abriendo cada fase del ciclo de vida de la investigación científica”.
En relación con el rol de las revistas académicas, el experto subrayó que estas “cumplen una función comunicativa esencial, porque pueden ser mediadoras entre las prácticas de ciencia abierta y las comunidades locales”. Añadió que abrir la ciencia implica “eliminar barreras económicas, legales y tecnológicas, para que el conocimiento pueda ser reutilizado y tenga un impacto real en la sociedad”.
El taller permitió reflexionar sobre los desafíos institucionales y culturales que implica adoptar políticas de ciencia abierta, así como sobre las oportunidades para fortalecer la equidad, la colaboración y la democratización del conocimiento desde las universidades y sus territorios.