Receso Universitario – 15 al 17 de septiembre

La resistencia a fármacos en el cáncer gástrico es uno de los mayores desafíos clínicos en Chile, donde esta enfermedad constituye la primera causa de muerte por cáncer en hombres y la tercera en mujeres. El tumor se origina cuando las células que recubren el estómago comienzan a crecer de manera descontrolada, y en etapas avanzadas el tratamiento con quimioterapia suele perder efectividad.

“La mayoría de los pacientes diagnosticados con cáncer gástrico son resistentes a la quimioterapia. Por eso, quiero mejorar los tratamientos actuales con menos efectos secundarios y, aunque sea en etapas avanzadas, que la sobrevida sea de manera digna ya es una ganancia a nivel país”, afirma la Dra. Bárbara Mora, académica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Chile, sede Temuco.

Receptores de quimiocinas

A través de un Fondecyt de Iniciación 2025-2028, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) con 30 millones anuales, la científica busca enfrentar este problema apuntando a los receptores de quimiocinas CCR3 y CCR5, proteínas ubicadas en la membrana celular vinculadas a la resistencia en quimioterapia.

“He estudiado la resistencia a las drogas desde 2016. Vimos que, si se inhiben estos receptores en células resistentes, éstas se vuelven más sensibles al tratamiento. Por eso CCR3 y CCR5 son buenos blancos terapéuticos”, explica la investigadora de 34 años.

En particular, el receptor CCR5 se ha asociado a la resistencia al cisplatino, uno de los principales fármacos para el cáncer gástrico. En tanto, CCR3 podría influir en la resistencia al 5-fluorouracilo, aunque su rol ha sido poco explorado.

Reposicionamiento farmacológico y virtual screening

El proyecto se enmarca en el reposicionamiento farmacológico, es decir, el uso de medicamentos ya aprobados por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, en sus siglas en inglés) para otros tratamientos. Esta estrategia reduce tiempos y riesgos en comparación con el desarrollo de nuevos compuestos.

“Se van a evaluar todos los fármacos aprobados por la FDA. Por ejemplo, la aspirina se une a nuestros receptores, pero nunca se ha probado en cáncer gástrico. La gran diferencia es que estos fármacos ya fueron utilizados en humanos y su perfil de seguridad es conocido”, detalla la Dra. Mora.

La investigación comienza con un análisis bioinformático de virtual screening, que permite filtrar masivamente los compuestos con mayor afinidad a los receptores CCR3 y CCR5. Los más prometedores se evaluarán en cultivos celulares resistentes y, posteriormente, en modelos animales en colaboración con la Universidad de Chile y la Dra. Lorena Lobos, experta en estudios in vivo.

Terapia adyuvante para potenciar la quimioterapia

“Podríamos generar un coadyuvante. La idea es adicionar la inhibición de estos receptores al cisplatino y al 5-fluorouracilo, para que la respuesta al tratamiento sea más efectiva”, expresa la científica, quien se adjudicó su segundo Fondecyt, antes posdoctoral.

De esta forma, la estrategia apunta a disminuir los efectos secundarios, aumentar la sensibilidad de las células tumorales a la quimioterapia y abrir una vía para terapias más personalizadas en cáncer gástrico avanzado.

“Son proyectos bastante caros, por eso es fundamental que contemos con la ayuda del Estado. Con el financiamiento podemos evaluar las terapias a nivel científico y proyectar después su uso en pacientes”, concluye la investigadora, quien ingresó en 2019 a la Universidad Autónoma en un cargo administrativo y desde 2021 se desempeña como académica investigadora en Temuco.

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