Las listas de espera en el sistema público de salud chileno son un problema estructural. En 2022, los pacientes cubiertos por GES (Garantías Explícitas en Salud, también conocido como AUGE) esperaron en promedio 157 días, mientras que quienes no contaban con esa garantía debieron esperar 478 días. Más del 60% de los afectados son mujeres, y los adultos mayores enfrentan barreras tecnológicas que dificultan el acceso a la información médica.
Desde este diagnóstico nace el proyecto “Listas de espera: una mirada ágil desde el control de gestión, ciencia de datos y design thinking”, liderado por el académico Jorge Suárez de la Universidad Autónoma de Chile, en conjunto con las investigadoras Katherine Delgado y Carolina Gamboa de la Universidad Bernardo O’Higgins y Luis Pinuer, Juan Carlos Armijo y Rodrigo Ramírez de la Universidad Santo Tomás.
Financiado con 15 millones de pesos por el III Concurso Interuniversitario de Iniciación en Investigación Asociativa de la Red Interuniversitaria en Investigación Asociativa (conformada por las universidades Santo Tomás, Mayor, Adolfo Ibáñez, San Sebastián, de los Andes, Autónoma de Chile, Bernardo O’Higgins y del Desarrollo), el proyecto tiene como objetivo implementar un modelo de indicadores de gestión que permita evaluar el funcionamiento del sistema de atención hospitalaria, detectar limitaciones en los procesos administrativos y tecnológicos, y proponer mejoras que optimicen los tiempos de espera y promuevan un acceso equitativo a la salud pública.
“Queremos abordar este problema estructural desde la gestión, el análisis de datos y una mirada ágil centrada en el usuario”, explica Suárez, director del Magíster en Dirección de Empresas de la U. Autónoma.
La iniciativa se basa en una metodología mixta que combina indicadores cuantitativos con entrevistas abiertas a profesionales de la salud, pacientes y actores clave del sistema. La meta es responder preguntas como: ¿tienen los pacientes claridad sobre su posición en la lista de espera? y ¿perciben los pacientes que el sistema de priorización es justo y equitativo?, además de levantar evidencia sobre el uso de sistemas de información, causas de inasistencias, inclusión tecnológica del adulto mayor y niveles de satisfacción con el proceso de atención.
Un rasgo diferenciador del proyecto es el uso de design thinking. Según Suárez, “no resuelve caprichos del investigador, sino que se centra en las reales necesidades del usuario”. Las entrevistas serán presenciales o virtuales con cámara, y permitirán mapear experiencias, detectar necesidades y construir prototipos de solución, como nuevas estrategias de gestión de citas o herramientas digitales.
“Es un proyecto multidisciplinario que combina sistemas de información, indicadores de gestión, ciencia de datos y design thinking, una metodología ágil y fundamental para el sistema público de salud chileno”, destaca el Dr. Suárez, quien cuenta con certificación internacional en la disciplina.
El modelo será aplicado en hospitales públicos vinculados con las universidades participantes. El proyecto actualmente se encuentra en evaluación ética en la Universidad Santo Tomás, paso necesario para iniciar la recolección de datos en 2025.
El objetivo final es entregar un modelo escalable que no solo aporte evidencia científica, sino que influya en políticas públicas. “Queremos aportar un modelo de gestión que tenga impacto social real y no se quede únicamente en la investigación”, concluye Suárez.