“Este reconocimiento demuestra que desde la Universidad Autónoma se puede liderar una ciencia transformadora, con pertinencia territorial y compromiso público”, señala la ganadora del premio y estudiante del Doctorado en Ciencias Aplicadas, Daniela Quiñones.
Daniela, bióloga ambiental y magíster en Educación, cursa actualmente el último año del doctorado, desarrollando una línea de investigación enfocada en el desarrollo de biocarbonos funcionalizados con macronutrientes para la regeneración de suelos agrícolas. “Al postular al premio, sentí que era una oportunidad para visibilizar un enfoque de ciencia aplicada, con impacto ambiental y educativo”.
El premio “Mujeres que Inspiran”, entregado por el Banco de Chile desde hace cinco años, destaca a mujeres de diversas áreas que están transformando el país y sus entornos. En esta nueva edición se recibieron 1.500 postulaciones, de las cuales se seleccionaron y reconocieron a solo 30 mujeres, entre ellas, Daniela Quiñones.
Gracias a la obtención de este premio, la doctoranda tendrá la oportunidad, junto a las demás mujeres destacadas, de ser parte de un programa de mentorías que busca potenciar el desarrollo profesional. “Tendremos la posibilidad de obtener visibilidad, acceso a redes de colaboración, mentorías y de representar a miles de mujeres de distintas áreas”.
Junto con los desafíos que implica este reconocimiento, Daniela espera seguir fortaleciendo el enfoque aplicado de su investigación e impulsar nuevas colaboraciones tanto a nivel nacional como internacional y La Autónoma ha sido un espacio clave en ese proceso. “Mi tesis se enmarca en el doctorado aplicado; me ha permitido vincular ciencia de frontera con soluciones concretas, y siempre he contado con el respaldo de los académicos”.
Por último, para Daniela Quiñones, ser destacada entre las “Mujeres que Inspiran” de este año también representa un mensaje importante para otras investigadoras de la Autónoma que trabajan en distintas áreas. “A las futuras doctorandas les diría que su historia, sus preguntas y su manera de hacer ciencia también importan. Podemos generar conocimiento desde nuestras propias experiencias y territorios”.