Al interior de las empresas, el controller es responsable de diseñar y supervisar instrumentos de control de ingresos y gastos de todas sus unidades o departamentos. Así, previene y eventualmente corrige desviaciones respecto de los propósitos fijados por la alta dirección.
Esta responsabilidad es asumida de preferencia por el Auditor e Ingeniero en Control de Gestión, carrera que forma parte de la oferta de académica de la Universidad Autónoma de Chile. Conjuga los atributos de dos profesiones de alta valoración en el mundo empresarial y es conducente a dos títulos profesionales: Contador Auditor e Ingeniero en Control de Gestión, además del grado de Licenciado en Auditoría.
“Formamos especialistas en la evaluación de la gestión de todas las áreas de las organizaciones”, señala su directora en Santiago, magíster María Ivonne Carvacho.
“Nuestros titulados poseen las competencias disciplinares y profesionales que garantizan el dominio de los sistemas de información y control, con una clara orientación hacia la proactividad y un profundo sentido ético de su quehacer”.
“Es un profesional con perspectiva estratégica e integral de la organización, para controlar que se cumplan, a todo nivel, los objetivos estratégicos y operacionales definidos”, sostiene.
El titulado de esta casa de estudios superiores está capacitado para desarrollar eficientemente las funciones de contabilidad, costos, tributación, finanzas y auditoria, “y como controller es experto en sistemas de información y control de gestión integral”.
En su proceso formativo, los estudiantes acceden a softwares informáticos de última generación, en línea con las exigencias del mercado. “En virtud de un convenio con SAP University Alliance, a partir de enero de 2016 cuenta con un ERP de clase mundial como SAP, para el uso académico en las principales asignaturas”, añade Carvacho.
“Nuestra carrera tiene una elevada empleabilidad, un 94% al primer año de titulación según el portal mifuturo.cl. Esto que queda demostrado en el hecho de que muchos alumnos a partir de la primera y segunda práctica profesional –es decir al término del segundo y cuarto año de la carrera- quedan contratados en las empresas donde realizan sus prácticas”.