Experiencias que moldean la vocación y fortalecen la ética de trabajo.

Josefina Valeria Valderrama Muñoz

📅 22  de noviembre – Día del Fonoaudiólogo

Sede Talca

¿Qué valores o principios adquiridos en la UA sigues aplicando en tu vida profesional?

  • Compañerismo y trabajo en equipo: Durante mi formación en la Universidad Autónoma tuve que participar en diferentes actividades y trabajos en grupo, conociendo a compañeros con distintos enfoques y ritmos. Esta experiencia fortaleció mis habilidades para comunicarme, cumplir con objetivos y encontrar acuerdos. Actualmente, en mi carrera profesional, continúo aplicando este enfoque colaborativo.
  • Responsabilidad social y empatía: En la universidad tomé conciencia del papel que desempeña la fonoaudiología en la comunidad. Teníamos que realizar operativos, charlas, educación entre pares y nuestra práctica durante todos los años de formación. Así, comprendí la relevancia de actuar con integridad y de evaluar cómo mis decisiones repercuten positivamente en otros. Hoy mantengo ese compromiso, procurando hacer mi labor con responsabilidad, pero, por sobre todo, ayudando.
  • Autonomía: Aprendí a gestionar mis tiempos y organizar mis tareas, como por ejemplo al resolver casos clínicos, tomar decisiones, hacer proyecciones e intervenir en usuarios o familias. Esa autonomía se transformó en una competencia clave en mi vida profesional, ya que la unidad en la que trabajo fue un campo laboral nuevo, sin precedentes en la comuna, por lo que ha sido un desafío instaurar un proyecto que está en pleno crecimiento.
  • Liderazgo: La formación en la UA me ayudó a coordinar equipos y asumir roles en la organización de proyectos para que todo funcione bien. Esto me ha ayudado a aprender a guiar, motivar y estructurar el trabajo para que, entre todos, podamos avanzar en el cuidado de los usuarios.

¿Si pudieras volver a tu primer día en la carrera, qué consejo te darías?

Me aconsejaría valorar cada etapa del proceso. Que no es necesario tener todo definido al comienzo (ya que no sabía en qué área enfocarme) y que cada experiencia, aunque tenga desafíos o se vea compleja, contribuye al crecimiento personal y profesional y que en un futuro me ayudará.

 ¿Hubo alguna experiencia en la UA que definió tu vocación o rumbo profesional?

Sí. Siempre disfruté mucho las prácticas. Desde el primer año comenzamos a realizarlas y, a medida que avanzábamos, iban adquiriendo mayor profundidad. En ese proceso fui descubriendo cuánto me gustaba interactuar y conversar con las personas que atendía.

Durante mi internado tuve prácticas en Atención Primaria de Salud (APS), y esa experiencia me marcó especialmente. Poder ayudar y observar cambios significativos en la comunicación de las personas me hizo confirmar que realmente me gustaba la carrera y que tenía una conexión genuina con quienes atendía.

Al principio sentía que no lo hacía tan bien, pero mis profesores guía siempre me apoyaron. Con el tiempo comprendí que lo que yo buscaba generar en los usuarios, ellos lo generaban en mí: un acompañamiento y una ayuda recíproca. Esa visión de apoyo circular es la que sigo manteniendo hasta hoy.

¿En qué actividad universitaria participaste que hoy sientes que marcó la diferencia en tu carrera?

En mi primer año de universidad realizamos una caminata en Vilches con el objetivo de llegar a un mirador. Los profesores nos explicaron que esa experiencia tenía un sentido simbólico: el recorrido representaba lo que sería nuestro camino académico. Nos dijeron que la cima no era solo un destino, sino el reflejo del esfuerzo, la constancia y la dedicación que cada uno debía poner durante la carrera.

A medida que avanzábamos, entendimos ese paralelo. Había momentos en que disfrutábamos del paisaje y del compañerismo, otros en que el cansancio se hacía notar o incluso surgían dudas sobre si llegaríamos hasta arriba. Sin embargo, el mensaje era claro: con perseverancia, apoyo mutuo y compromiso, era posible alcanzar metas que al inicio parecían lejanas.

Compartir en