Un grupo de estudiantes de la carrera de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca, está desarrollando un innovador estudio como parte de su seminario de grado.
Gabriel Pilque, Benjamín Contreras y Jesús Gallardo, trabajan bajo la tutoría del académico Felipe Hermosilla, investigando la relación entre tres variables consideradas claves en la salud de las personas jóvenes: la composición corporal, la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la tasa metabólica basal.
El estudio se desarrolla en el Laboratorio de Educación Física de la Universidad, utilizando equipamiento de alto nivel, como el DEXA (Absorciometría Dual de Rayos X), considerado el estándar de oro en la evaluación de la composición corporal. A este se suma el uso de dispositivos POLAR para medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca y el analizador de gases para la determinación de la tasa metabólica en reposo
“Lo que buscamos es analizar cómo una variable influye en la otra y si existe una correlación entre ellas como indicadores de salud en personas jóvenes”, explicó Gabriel Pilque, quien destacó que el estudio se centra en estudiantes universitarios de entre 18 y 30 años.
Para participar, los voluntarios deben cumplir ciertos requisitos, como no presentar enfermedades crónicas ni agudas, además de seguir un protocolo previo que incluye ayuno de 12 horas, evitar cafeína, alcohol y nicotina, y haber dormido al menos ocho horas.
Según detalló el profesor Felipe Hermosilla, “este trabajo apunta a generar información que releve la importancia de la actividad física regular sobre la salud de las personas. Los estudiantes están evaluando parámetros que permiten identificar riesgos asociados a enfermedades cardiometabólicas, lo que se relaciona directamente con la falta de ejercicio y una nutrición poco adecuada”, comentó.
Los primeros análisis, adelantó el académico, muestran una tendencia clara: individuos con mayor masa muscular presentan un gasto calórico más alto en reposo, lo que evidencia un metabolismo más favorable. En el caso de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, los resultados preliminares aún están en proceso de consolidación.
Los estudiantes continuarán levantando datos hasta mediados de septiembre y valoran especialmente el interés de sus compañeros en participar. “Ha sido una muy buena experiencia porque nos ha permitido acercarnos al mundo de la investigación y aplicar en terreno herramientas científicas de primer nivel”, añadió Pilque.
Con este trabajo, los estudiantes no solo avanzan en su formación académica, sino que también aportan al desarrollo del conocimiento científico en torno a la educación física y la salud.