Un destacado logro obtuvieron las estudiantes de Química y Farmacia de la Universidad Autónoma de Chile, Javiera Vargas y Constanza Guzmán, al adjudicarse el Concurso VIU de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Su investigación busca aprovechar péptidos —pequeños fragmentos de proteínas extraídos de peces— que poseen propiedades antimicrobianas. Estos compuestos naturales serían incorporados en alimentos diseñados para larvas de peces, fortaleciendo su sistema inmune en las primeras etapas de cultivo, reduciendo la necesidad de antibióticos y aportando a un desarrollo más sostenible de la acuicultura nacional.
La iniciativa fue desarrollada en el Instituto de Ciencias Aplicadas de la Facultad de Ingeniería, bajo la guía de la académica Paula Santana, bioquímica y doctora en Biotecnología, quien valoró el entusiasmo y la rigurosidad del equipo. “Este proyecto es el resultado de un trabajo constante que comenzó como un seminario de grado y que hoy da un paso más hacia la investigación aplicada. Nos llena de orgullo haber sido seleccionados entre más de 170 postulaciones, demostrando que la ciencia universitaria puede proyectarse al sector productivo”, señaló.
Por su parte, Javiera Vargas, estudiante de quinto año, destacó la experiencia que significó para ellas este desafío: “Nunca pensamos que podíamos ganar, porque la competencia era muy alta. Haber sido las únicas de nuestra universidad en adjudicarnos el fondo es un logro enorme para nosotras y un impulso para seguir desarrollando innovación desde el laboratorio hacia la práctica”.
El proyecto, además de su aporte científico, se alinea con la necesidad de avanzar en nuevas soluciones para la acuicultura nacional, explorando métodos más económicos y sostenibles para fortalecer especies de interés productivo.
La profesora Santana subrayó también el compromiso institucional: “La Universidad Autónoma de Chile nos ha brindado todas las herramientas para llevar la investigación más allá del aula, incentivando la transferencia y la posibilidad de futuras patentes. Sin este respaldo, sería muy difícil concretar estas ideas”, dijo.
Lo que comenzó como un seminario de grado hoy se transforma en un proyecto con proyección nacional, abriendo un camino para que más estudiantes se atrevan a innovar y a demostrar que la ciencia hecha por jóvenes también puede cambiar el futuro.