En la Universidad Autónoma de Chile, Sede Talca, se desarrolló la “Copa IoT: Rovers Lunares”, una instancia que marcó un hito para los estudiantes de Ingeniería Civil Informática, quienes presentaron y pusieron a prueba las creaciones que desarrollaron durante el semestre en la asignatura de Fundamentos de IoT.

La actividad permitió a los estudiantes aplicar conocimientos adquiridos en programación, electrónica, física, cálculo, álgebra, resistencia de materiales y uso de sensores, integrándolos en un proyecto completamente funcional. Los rovers fueron capaces de medir temperatura, humedad y calidad del aire en tiempo real, además de enfrentar pruebas de estabilidad y desplazamiento.

Nicolás Araya, estudiante de segundo año y ganador del primer lugar junto a su equipo, destacó lo desafiante y enriquecedor que resultó el proceso. “Fue mayormente gracias a los profesores, porque yo les daba esquemas de los proyectos y ellos me decían ‘fíjate en esto, fíjate en lo otro’. El dashboard y la página web nos costaron mucho, porque eran muchos códigos; si se perdía un punto y coma, se caía todo. Pero estamos felices de ganar, de ver que el esfuerzo valió la pena”, comentó.

Respecto a la experiencia de ver sus aprendizajes aplicados en un desafío práctico, Araya agregó que “es súper motivador, porque en otras carreras a veces hacen solo algo virtual, pero aquí en la Autónoma lo recreamos en la vida real. Es una muy buena experiencia”.

El director de Ingeniería Civil Informática, Giordano Castro, explicó que esta iniciativa surge como una evolución del tradicional proyecto de autos inteligentes desarrollados en primer año.

“Este desafío nace en el primer semestre a partir de una inquietud de los profesores Camilo Fuentes y Fernando Morales. Se propuso construir un Rover Lunar para que los estudiantes no solo abordaran conceptos mecánico-físicos sobre estabilidad, sino que además combinaran circuitos electrónicos y sensado de datos en tiempo real”, sostuvo.

El prototipo inicial fue desarrollado en el InnovaLab con el apoyo de Omar Flores, encargado del laboratorio, lo que permitió posteriormente llevar la iniciativa a una escala mayor junto a los estudiantes:

“Los rovers integran contenidos de programación, IoT, matemática, cálculo, álgebra, ciencia y resistencia de materiales. Una coma mal puesta significaba reiniciar todo el ciclo, pero hoy vemos cómo los estudiantes no solo aprendieron, sino que disfrutaron el proceso bajo un contexto educativo que los prepara para la realidad profesional”, agregó Castro.

La Copa IoT se consolida así como un espacio de aprendizaje activo, creatividad y experimentación, donde los estudiantes transforman sus conocimientos en soluciones concretas y tecnológicamente avanzadas.

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