“Manos que Enseñan, Corazones que Aprenden” es el nombre del voluntariado impulsado por la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, en alianza con el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia.
La iniciativa busca entregar apoyo psicoeducativo en línea a niños, niñas y adolescentes de la red, a nivel regional, como parte de una experiencia formativa de alto impacto social.
La directora de carrera, Norma Salgado, explicó que esta colaboración surgió tras una solicitud del Servicio en 2023 para incorporar estudiantes en prácticas profesionales. “Nuestro contexto no permitía responder a esa necesidad de forma tradicional, pero como nuestras estudiantes ya nos habían manifestado interés en realizar voluntariado, decidimos desarrollar un proyecto de colaboración que diera respuesta a ambas partes”, señaló.
El voluntariado contempla varias etapas. La primera es una capacitación para las estudiantes de todos los niveles de la carrera. “Estamos comenzando un proceso formativo muy significativo, donde la idea es entregar herramientas para apoyar a los niños y niñas del servicio semanalmente, de manera virtual. Lo hemos estructurado desde la Metodología Aprendizaje más Servicio (A+S), con la colaboración de una estudiante en práctica”, agregó la docente.
Desde el Servicio Nacional de Protección Especializada, la directora regional, María Francisca Cabello, valoró profundamente esta alianza. “La Universidad Autónoma es un socio estratégico para nosotros. Esta colaboración permanente ha permitido fortalecer las competencias de nuestros equipos, y ahora con este voluntariado damos un paso más, promoviendo el compromiso social de las futuras docentes. Es un proyecto desafiante y muy significativo que esperamos seguir ampliando a otras carreras afines”, destacó.
Por su parte, Camila Carreño, estudiante del último semestre y una de las impulsoras del proyecto, aseguró que la experiencia ha sido enriquecedora y movilizadora para toda la comunidad estudiantil. “Cuando presentamos la idea, muchas compañeras se mostraron con dudas y temores. Ha sido un proceso desafiante, que nos ha obligado a generar estrategias de acompañamiento, capacitaciones y trabajo colaborativo. Pero también ha sido una oportunidad para crecer juntas y poner nuestras habilidades al servicio de quienes más lo necesitan”.