
En el auditorio del Campus Providencia se llevaron a cabo las Ceremonias de Familias de Acogida del Servicio de Protección Especializada a la Niñez, instancia organizada en colaboración con la carrera de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Chile. La jornada reunió a representantes del servicio, familias postulantes y académicos, con el propósito de reconocer la labor de quienes abren sus hogares a niños y niñas que han vivido graves vulneraciones de derechos.
La profesora e investigadora María Isabel Zavala explicó que esta actividad busca visibilizar el compromiso de las familias y fortalecer la alianza entre el sistema público de protección y la universidad.
“Esta jornada reconoce la labor que realizan las familias de acogida como parte de las medidas de protección para niños y niñas. Mientras se define su situación legal, las familias los acompañan con cariño y contención”, señaló.
Zavala destacó además el rol de la carrera de Trabajo Social en esta materia, tanto desde la investigación como desde la vinculación con el medio, generando espacios de colaboración con programas del Estado.
“Buscamos aportar desde el conocimiento, pero también desde espacios concretos de visibilización y apoyo a las familias y los profesionales”, agregó.
Durante la ceremonia, los padres postulantes Evelyn Contreras y Óscar Jerez compartieron su testimonio sobre la experiencia de preparación para convertirse en familia de acogida.
“Esto siempre mueve la sensibilidad. Me sentí muy emocionado de poder ser parte de este proyecto que nos gratifica enormemente”, expresó Jerez.
“Me voy más convencida y segura de que lo que estamos haciendo es lo correcto. Ser familia de acogida es una responsabilidad y un deber como parte de la sociedad civil”, añadió Contreras.
Por parte del Servicio de Protección Especializada a la Niñez, las profesionales Karen Cortés y Carolina Salvo valoraron la instancia de reconocimiento.
“Este hito es una coronación al proceso formativo de las familias; queríamos reconocer su esfuerzo y validación, porque ser familia de acogida es una labor preciosa, pero también compleja”, comentó Cortés.
“Estas personas dan su tiempo, cariño y amor de manera altruista. Este reconocimiento es pequeño, pero se merecen mucho más”, complementó Salvo.
La jornada destacó cómo la vinculación entre la universidad, el Estado y la comunidad puede generar un impacto concreto en la vida de niños, niñas y adolescentes, fortaleciendo el tejido social desde la educación y la colaboración.