Aunque la Antártica es frecuentemente imaginada como un espacio blanco y estéril, bajo sus hielos, suelos y lagos subglaciales existe una compleja y rica comunidad de microorganismos. Estas diminutas formas de vida desempeñan funciones clave en el equilibrio ecológico, incluyendo el reciclaje de nutrientes y la captura de carbono, además de tener un notable potencial biotecnológico.

El estudio «Advocating microbial diversity conservation in Antarctica», publicado en la revista npj Biodiversity, advierte que esta biodiversidad microbiana única está bajo seria amenaza debido al aumento de las temperaturas, la expansión de las actividades humanas y el crecimiento del turismo.

Coincidiendo con el Día Internacional de la Diversidad Ecológica este 22 de mayo, la investigadora del Instituto de Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile Dra. Aparna Barjeree, autora principal y autora de correspondencia del estudio, explica que esos frágiles ecosistemas se están alterando de forma preocupante debido a la contaminación por metales pesados, microplásticos, residuos humanos y la introducción involuntaria de especies no nativas incluidos microorganismos resistentes a los antimicrobianos.

Además de dar cuenta de las limitaciones del marco legal vigente, se proponen 10 estrategias clave para su conservación; entre ellas, reforzar las medidas de bioseguridad, establecer programas permanentes de monitoreo ambiental, promover prácticas turísticas sostenibles e integrar microorganismos a planes oficiales de conservación.

En este trabajo participaron investigadores de Chile, Italia, China, Brasil y Estados Unidos, con la colaboración profesionales del Instituto Antártico Chileno (INACH) y la Universidad de Antofagasta.

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