De alguna forma la historia es cíclica, aunque no idéntica y existen eventos que de alguna manera se repiten o nos hacen recordar nuestro pasado. Es así como a principios a fines del siglo XIX Chile era el único país productor de salitre en el mundo y contaba – gracias a ello- con una economía generosa. La bonanza terminaría en 1914 con la aparición del salitre sintético, produciéndose el cierre de las grandes salitreras nortinas, situación que no sólo golpeó al norte de nuestro país, sino que se tradujo en una fuerte depresión en la economía nacional de la que sólo se lograría salir varios años más tarde, pero que nuevamente se vería enfrentada a un panorama adverso producto del llamado jueves negro de Wall Street de 1929.
Hoy, aunque el escenario es distinto y la economía se ha diversificado un poco durante las últimas décadas, el cobre sigue siendo -como muchos lo han llamado – el sueldo de Chile. En efecto, nuestro país es el que más produce cobre de mina en el mundo, totalizando un tercio de la producción del planeta.
De hecho, la mitad de las exportaciones de Chile corresponden a cobre, a pesar de que la producción del metal rojo sólo representa un 10,8% de la producción de bienes y servicios totales que realiza nuestro país año a año. Lo anterior, se explica ya que 5 de las 10 minas más grandes del mundo se encuentran en Chile: Escondida, Codelco Norte, Collahuasi, El Teniente y Los Pelambres.
De acuerdo a lo señalado por el Dr. Guillermo Riquelme, investigador del Centro de Estudios y Gestión Social (CEGES) de la Universidad Autónoma de Chile, el cobre históricamente ha generado los mayores ingresos de divisas al país, llegando a superar los US$44.000 millones el 2011 con un precio sobre los US$4 la libra. «Sin embargo, a partir del 2012 comienza un descenso gradual de su precio en los mercados internacionales que no ha parado, llegando su cotización en los primeros días de septiembre a los US$2,08 la libra en la Bolsa de Metales de Londres, cifra que se vuelve peor aun sabiendo que el costo promedio de producción de una libra de cobre en Codelco bordea los US$2,11. De hecho, la empresa el 2015 registró pérdidas contables por US$1.357 millones. Lamentablemente, las proyecciones del precio del cobre de la propia cuprífera estatal, sitúan la libra de cobre bajo los US$2,17, al menos, hasta el 2017”, puntualizó.
Riquelme agregó que “la evidente relevancia de la minería en la economía nacional, ha requerido de un indicador de su actividad en forma específica, que lo diferencie de las demás actividades productivas del país. Es así como el Banco Central de Chile (BCCH) recientemente generó la desagregación de la actividad minera que está incorporada en el IMACEC general, creando el denominado IMACEC MINERO. Las cifras recientemente entregadas por parte del BCCH sobre el IMACEC MINERO son lapidarias: el sector minero decreció un 3,1% en julio y acumula este año cuatro períodos consecutivos con cifras negativas».
¿Cómo afecta a los chilenos esta baja en precio del cobre?
Debemos considerar que, si el precio del cobre baja son varios los sectores del país los que ven afectados, no sólo el minero. En primera instancia, el Estado sufre una merma en sus ingresos, ya que parte de éstos corresponden al cobre, por lo que al existir menos recaudación fiscal el gobierno se ve obligado a recortar el gasto público, afectando – entre otras cosas- la Ley de Presupuesto o disminuyendo el gasto estimado a financiar la gratuidad de la educación.
“Tal déficit traerá negativas e inevitables consecuencias para nuestra economía, no sólo las evidentes y ya presentes -recortes en los programas sociales- sino que fundamentalmente para el futuro, ya que el gobierno ha financiado el déficit fiscal con mayor endeudamiento público», sostuvo el investigador.
Añadió que «si bien es cierto, Chile todavía mantiene una posición privilegiada como sujeto de crédito a nivel internacional, no es menos cierto, que a medida que nos sigamos endeudando y se sigan manteniendo los déficit fiscales, tarde o temprano nuestra prestigiosa posición internacional se verá deteriorada aumentando así los niveles de riesgo país y con ello las tasas de interés para financiamiento externo, tanto público como privado, afectando el crecimiento de la inversión y el consumo, factores fundamentales para el crecimiento económico .Y como una bola de nieve, con bajo crecimiento hay menos recaudación fiscal, más déficit, más deuda externa, y así sucesivamente, llevándonos a un círculo vicioso que puede ser muy peligroso sino se detiene a tiempo”, apuntó.
Por otra parte, el Dr. Riquelme, explicó que a menor ingreso menor producción, es decir, si los países asiáticos –quienes representan el 50 % de los compradores mundiales- disminuyen el consumo de este metal, existirá menos incentivo por producirlo, lo que se traduce en menos inversión y, por ende, menos plazas de empleos.
Por ello, al vender menos cobre nuestro país recibe menos dólares y, por consiguiente, este se torna más escaso y tiende a elevar su precio en el mercado formal. Como consecuencia directa de esto, suben los precios de productos importados como: combustibles, automóviles, computadores, electrodomésticos y, en general, tofos aquellos productos ligados al sector tecnológico.
Sin embargo, para el investigador del CEGES de la U. Autónoma, no todo es tan negativo. “Hay regiones como el Maule, donde el que sector minero no representa mayormente su producción, por lo que la estabilidad del empleo no se ve mayormente afectada por la disminución de la inversión ni producción del sector antes mencionado. Incluso, el alza del dólar ha sido positivo para los exportadores de nuestra región, ya que sus ingresos fluctúan de acuerdo al valor de la divisa extranjera”.