Un reconocimiento a quienes trabajan por el bienestar común.
Entrevista a Michelle Soledad Villalobos Sarmiento, Santiago
5 de diciembre – Día del Administrador Público
¿Qué valores o principios adquiridos en la Universidad Autónoma de Chile sigues aplicando en tu vida profesional?
La ética, la integridad y el respeto son los principios más valiosos que conservo desde mi paso por la Universidad. Desde mi formación profesional entendí que la gestión pública no sólo se trata de procedimientos y normativas, sino de actuar de manera íntegra incluso cuando nadie está mirando, y de tomar decisiones que honren la confianza que las personas depositan en quienes trabajamos en el Estado.
¿Si pudieras volver a tu primer día en la carrera, qué consejo te darías?
Si pudiera volver a mi primer día, me aconsejaría disfrutar la vida universitaria y todo lo que ella implica, porque incluso los momentos complejos y desafiantes nos ayudan a crecer. Me recordaría lo importante que es intercambiar experiencias, vincularse con las personas y aprovechar las instancias que la Universidad genera para aprender.
¿Hubo alguna experiencia en la Universidad que definió tu vocación o rumbo profesional?
Puedo destacar con satisfacción ciertos ramos y profesores que, con certeza, marcaron mi paso por la Universidad. El profesionalismo que demostraron en su forma de enseñar me inspiró. Y, por supuesto, también fueron determinantes las prácticas profesionales, que me acercaron a la realidad y dieron sentido a los años de estudio.
¿En qué actividad universitaria participaste que hoy sientes marcó la diferencia en tu carrera?
Sin duda una de las experiencias que conservo con especial cariño fue la visita guiada gestionada por la Universidad a la institución en la que hoy tengo la fortuna de trabajar. Esa instancia me permitió proyectar mi futuro profesional y me dio la certeza de que mi elección de carrera era la correcta, porque se relacionaba con mis valores y, sobre todo, con lo que quería aportar desde mi rol profesional.
A medida que avanzábamos, entendimos ese paralelo. Había momentos en que disfrutábamos del paisaje y del compañerismo, otros en que el cansancio se hacía notar o incluso surgían dudas sobre si llegaríamos hasta arriba. Sin embargo, el mensaje era claro: con perseverancia, apoyo mutuo y compromiso, era posible alcanzar metas que al inicio parecían lejanas.