La académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chile, Patricia Möller, se adjudicó un Fondo de Investigaciones, de Innovación e Investigación Educativa del Centro de Innovación y Desarrollo Docente: Docentia, para desarrollar un proyecto que busca transformar la metodología del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) incorporando inteligencia artificial (IA) como herramienta facilitadora.

El proyecto, titulado “Transformación del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) con inteligencia artificial como facilitador, para su posterior análisis de impacto y efectividad”, propone una innovación pedagógica que busca optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje a través del uso de IA generativa para entregar retroalimentación personalizada y oportuna a los estudiantes.

“El ABP es ampliamente utilizado en diversas asignaturas de la universidad, pero una de sus principales limitaciones es el tiempo que requiere el docente para entregar retroalimentación individual a cada grupo de trabajo”, explica Möller. “La idea es que la inteligencia artificial actúe como un apoyo, generando una retroalimentación inmediata y adaptada a las necesidades de cada estudiante, permitiendo al docente enfocarse en la supervisión y evaluación crítica de los avances”.

La iniciativa surge desde la propia experiencia docente de Möller, quien sabe que existen complejidades al momento de aplicar metodologías activas en cursos con un alto número de estudiantes. “Cuando uno trabaja con grupos grandes, es muy difícil entregar devoluciones personalizadas y en los tiempos que los estudiantes lo requieren. Con esta herramienta, la clase puede avanzar de forma más fluida, y todos pueden seguir trabajando mientras reciben orientación automatizada que luego es revisada por el docente”, detalla.

Además de facilitar el trabajo docente, el proyecto busca reducir brechas de aprendizaje, ya que considera los distintos ritmos y formas de aprender de los estudiantes. “No todos los estudiantes aprenden al mismo tiempo ni de la misma forma, y esta tecnología puede ayudar a personalizar el proceso educativo, haciéndolo más efectivo y equitativo”, sostiene.

La implementación comenzará en la carrera de Ingeniería Civil Informática, como piloto. La académica también destaca la importancia de formar a los estudiantes en el uso ético y consciente de estas herramientas. “No se trata solo de permitirles usar inteligencia artificial, sino de enseñarles a entenderla, saber cómo funciona y cómo utilizarla de forma responsable y efectiva”, comenta.

Finalmente, Möller plantea que este tipo de innovaciones no solo desafían a los estudiantes, sino también a los docentes. “Hoy, el reto más grande lo tenemos nosotros: cómo evaluar, enseñar y acompañar el aprendizaje en un entorno donde la tecnología avanza rápidamente. Esta es una oportunidad para repensar nuestras prácticas y avanzar hacia una educación más alineada con los tiempos actuales”.

Este fondo permite fomentar la innovación docente y el fortalecer la calidad educativa mediante el uso de tecnologías emergentes.

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