Política Nacional de Inteligencia Artificial: lo bueno, lo malo y lo feo

por Michelle Azuaje Pirela 10 noviembre, 2021

inteligenciaartifial 700x394 1La Política Nacional de Inteligencia Artificial (IA), hoja de ruta para los próximos 10 años, constituye una buena noticia por los múltiples efectos -tanto positivos como negativos- que tiene y seguirá teniendo la IA. Por ello, se requieren esfuerzos estratégicos para buscar nuevos equilibrios y aprovechar los beneficios económicos y sociales que ofrece, pero también para proteger a las personas frente a riesgos y situaciones que afecten sus derechos.

De lo bueno, destaca la formulación de principios, ejes y objetivos acompañados de un “Plan de Acción” para cuya ejecución se promete una inversión pública de 26.000 millones de pesos; la adopción de un concepto apropiado de IA; la incorporación de áreas para su despliegue (como infraestructura, conectividad, formación de talentos, reformas de currículum, ejercicios de anticipación, entre otros); y, por supuesto, algunos de los principales aspectos regulatorios.

Sobre ellos es positiva la invitación a actualizar la normativa, sin olvidar que la tecnología amerita en algunos casos de una flexibilidad que no es propia de las reformas legislativas. Además, se valora el impulso a la protección del trabajo; así como a la legislación de protección de datos personales como un elemento central, pero está claro que los problemas éticos y jurídicos de la IA no se limitan a ella.

En propiedad intelectual son acertadas las propuestas para potenciar licencias adecuadas a las normas internas, pero conectadas con el tránsito internacional, esto es clave para “acercar posiciones en América Latina” y favorecer la coordinación e implementación de otras iniciativas como el DEPA (Digital Economy Partnership Agreement) y el MDR (Mercado Digital Regional) de la Alianza del Pacífico, que pueden ayudar a la recuperación económica postpandemia.

De lo malo: El tercer eje debió ser más robusto en cuanto a las áreas más sensibles (por ejemplo, consumo; sesgos y discriminaciones arbitrarias).

Los desafíos en infraestructura y conectividad -entre otros- son importantes.

De lo feo: La incertidumbre de un año electoral, los temores por el resultado de la Convención Constitucional, ciertas propuestas regulatorias “dormidas” y otras muy cuestionadas en curso; así como la situación política y económica del país, son contrarias al clima estable necesario para atraer inversión extranjera y para las oportunidades de innovación, emprendimiento y crecimiento a las que se aspira.

Volvamos a lo bueno…Con todo, nos quedamos con lo bueno, llamando a la prudencia y al consenso. Debemos trabajar por la recuperación económica. La inversión pública y las acciones propuestas pueden fomentar el ecosistema digital e impulsar la inversión privada. Pero la implementación de estos cambios amerita esfuerzos coordinados a nivel público-privado; nacional e internacional y de un trabajo complejo, riguroso y multidisciplinario que apenas está por comenzar.

Fuente: El Mostrador

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