Con la visita de Ana Luisa Toscano, directora de Riesgos por Cambio Climático y Adaptación del Instituto de Ecología y Cambio Climático de México, comenzó el cierre formal del proyecto “Evaluación de servicios ecosistémicos y vulnerabilidad ante cambio climático en Chile y México”, que se extendió por dos años y centró su estudio en la cuenca del Lago Villarrica y en otro curso de agua de similares características, del país del norte.

Se trata de una iniciativa liderada por la entidad mexicana y el Ministerio del Medio Ambiente de La Araucanía, y que tuvo como objetivo compartir experiencias y metodologías, tomando en cuenta la similitud que existe entre ambos países.

En la ocasión, Toscano señaló que el tema central dice relación con los recursos ecosistémicos del recurso hídrico -fundamentales para la sobrevivencia humana-, sobre todo con lo que tiene que ver con el aporte del agua.

“Los estudios nos han permitido entender la importancia del análisis de la vulnerabilidad frente al cambio climático, saber a qué están expuestas nuestras comunidades, cuáles son las capacidades que los diferentes actores y sectores productivos tienen para hacer frente al cambio climático y también cuáles son las capacidades con las que los municipios cuentan para desarrollar una planeación que favorezca la protección de los ecosistemas que sustentan los modos de vida diferentes en los países. La idea es que este análisis de la vulnerabilidad se transforme en un mejoramiento a las capacidades, no sólo de la población sino también de las instituciones, para contribuir a la conformación de medidas de adaptación que sean más pertinente para la problemática que las poblaciones viven.

Al respecto, Carlos Esse, investigador de la Universidad Autónoma de Chile y quien formó parte del equipo de investigadores, señaló que el estudio en la cueca del Villarrica permitió concluir que ésta posee un 53% de superficie vulnerable al cambio climático y que existe una merma de un 10 a 12% en la escorrentía de la cuenca.

En este contexto –dijo-, el objetivo del Instituto de Estudios del Hábitat es tomar los resultados de este proyecto, profundizarlos -idealmente en conjunto con el centro mexicano-, y poder impactar así a través del aporte de conocimientos para la generación de políticas públicas en la línea de adaptación al cambio climático.

En este proyecto también participó la Secretaría Regional Ministerial de Medio Ambiente, que en esta reunión de cierre estuvo representada por Pablo Echarren, quien destacó que gracias a este estudio relacionado con la vulnerabilidad del cambio climático en la cuenca del Lago Villarrica y en una cuenca de características similares en México, ambas entidades pudieron compartir metodologías y experiencias de los profesionales de ambos países, además de fortalecer sus capacidades.

“En ese sentido, el aporte de la Universidad Autónoma de Chile tiene que ver con poder mantener este trabajo que se lleva en la línea de cambio climático, postular a nuevas iniciativas de proyectos, avanzar en las líneas siguientes que vienen ahora, que es poder trabajar en medidas específicas de adaptación al cambio climático en la cuenca del Lago Villarrica y probablemente en otras cuencas que tengan necesidades similares dentro de la región”, puntualizó Echarren.

El profesional advirtió que, al hablar de cambio climático, los principales efectos están dados por los temas del agua, “principalmente que hay reducción de caudales de agua que afectan las actividades económicas como el turismo, la agricultura, actividades cotidianas como el aporte del agua para consumo humano, para diferentes actividades. Entonces, sí repercute en las actividades propias de la cuenca y de los servicios ambientales que presta la cuenca”, acotó.

 

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