Hace algunos meses, un grupo de investigadores de la Escuela de Enfermería de nuestra institución está llevando a cabo el ensayo clínico titulado «Intervención psicoeducativa mediante meta-universos sobre la autoeficacia en el uso del condón y la conducta sexual en estudiantes universitarios de la Universidad Autónoma de Chile», el cual tiene por objetivo medir y educar sobre comportamientos sexuales seguros.
El proyecto, a cargo de Abdul Hernández, profesor y académico Teaching in Chile, finalizó con éxito su primera fase en la Sede El Llano y ahora comienza a desarrollarse el reclutamiento de estudiantes en la sede de Providencia. Cabe destacar que este estudio está aprobado por el comité de ética de la UA y funciona bajo estricta confidencialidad, protegiendo los datos personales de todos sus participantes.

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En específico el ensayo clínico consiste en dividir aleatoriamente a todos los estudiantes que quieran participar en dos grupos: el grupo experimental realizará la intervención psicoducativa mediante lentes 3D, donde los jóvenes analizaran los testimonios de individuos (avatares) sobre sus experiencias con infecciones de transmisión sexual. Para esto se realizan dos sesiones de 20 minutos en las salas de clases asignadas. Por otro lado, los que hayan sido designados al grupo control solo tendrán que responder cuestionarios.

Acorde al reporte mundial sobre el VIH 2019, en Chile hay 71 mil personas que viven con esta enfermedad y sólo en 2018 se registraron 6.948 nuevos casos. A su vez, otras enfermedades de transmisión sexual han ido aumentando los últimos años, como es el caso de la Clamidia, la cual se calcula que al menos un 9% de los jóvenes menores de 25 años están contagiados. En el caso de la gonorrea, otra de las más frecuentes en nuestro país, ha aumentado en un 200% en los últimos cinco años. 

lentes 3d

Según el investigador a cargo de este proyecto, hoy los jóvenes de la generación millenial, dependen mucho de la tecnología, por tanto en este caso «quisimos romper los esquemas de educación sanitaria con métodos tradicionales y utilizar tecnologías que han sido ocupadas en otros campos de conocimientos, para evaluar si es efectivo o no en determinadas variables como sexualidad segura  y uso de condón masculino», agrega Hernández.

Además del profesor, trabajan otros tres investigadores y dos alumnos de Enfermeria, quienes han tenido la oportunidad de aprender y conocer todo el proceso de una investigación como tal. Isabel Lavalovich cuenta que hasta el momento han logrado reclutar un buen número de estudiantes, sin embargo deben completar como mínimo 60 para el grupo de control y 60 para el grupo experimental, considerando que en el proceso muchos se van perdiendo por temas de coordinación. A pesar de eso, la joven valora que «los estudiantes se entusiasman inmediatamente cuando les explicamos en qué consiste la intervención, porque en realidad es totalmente provechoso educarse con respecto a las conductas sexuales seguras». Isabel agrega que «es un aporte para ti como persona y también para quienes se dedican al área de salud porque uno está mucho más enterado, es un aporte a tu conocimiento».

 

Patricio Salazar, estudiante de Enfermería que también colabora con el ensayo destaca el valor de ser parte de una investigación sobre infecciones de transmisión sexual y la educación sobre el uso del condón. «Es un plus ya que adquirimos un mayor conocimiento y así podemos tener más información para entregarle a los pacientes, a nuestras familias y nosotros mismos». El joven cuenta, además, que «también es un aporte profesional ya que profundizamos y pulimos el área de investigación, lo cual da un impacto totalmente positivo para el currículum»

En cuanto a resultados, Hernández dice que aún faltan procesos para tener una conclusión final, sin embargo mantiene en alto las expectativas ya que asegura que el uso de tecnología está siendo efectiva para educar en estas temáticas. Por otro lado, al ser este un estudio piloto y si sus resultados son positivos, el docente visualiza la posibilidad de postular a fondos externos con mayor financiamiento. «Esto nos permitiría evaluar el uso de esta tecnología en poblaciones más grandes y así masificarlo en adolescentes entre 14 y 18 años en las escuelas».

¿QUIERES SER PARTE DE ESTE ENSAYO CLÍNICO?

Si eres estudiante de la Universidad Autónoma, sede Providencia, completa el formulario y serás contactado a la brevedad 

 

 

 

 

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