Especialistas de U. Autónoma y Biopacific expusieron sobre proyecto de investigación de dañino hongo de frutas y vegetales

8 de noviembre 2017

Hace un poco más de un año un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma y ejecutivos de la empresa Biopacific decidieron crear un Laboratorio de Innovación, una especie de cowork científico o trabajo colaborativo de investigación aplicada.

En ese contexto, y siempre teniendo como norte generar beneficios para la comunidad, investigadores de la U. Autónoma y especialistas de la citada compañía participaron en la charla “¿Por qué es tan necesario encontrar nuevas estrategias de control para la pudrición gris?”, la que estuvo dirigida a laboratoristas de la U. Autónoma, técnicos de la empresa y exportadores y se efectuó en el edificio de la Clínica Integrada de Salud  (CIS), en el Campus El Llano Subercaseaux en San Miguel.

La actividad -que fue presidida por la Dra. María Luisa Valenzuela, Directora del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas (ICQA) de la Facultad de Ingeniería de la U. Autónoma de Chile– se centró en los dañinos efectos del poderoso hongo Botrytis cinerea. También conocido como Moho Gris, es un hongo fitopatógeno que ataca muchas especies frutícolas (arándanos, frutillas, cerezas, guindas), vegetales (lechuga), flores, animales y bacterias, aunque su hospedador económicamente más importante es la vid (uva).

La pudrición gris es el resultado de una infección de plantas empapadas o en condiciones de humedad, y típicamente produce la pérdida de los racimos de uva afectados y contagia con una forma de rabo o trompa por la que le introduce veneno.

En la apertura, la Dra. Evelyn Silva, directora de la Unidad de Innovación y Transferencia de Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, planteó que Chile es un país eminentemente exportador, ya sea de vinos, madera, celulosa y también mucha fruta, y que “entre más se vean afectados estos productos por la acción de un hongo, más puede afectar nuestra economía”, por eso es tan importante avanzar en soluciones integrales y lo más inocuas posibles.

En su ponencia describió la acción del hongo Botrytis cinerea, lo definió como un fitopatógeno facultativo, que permanece y hereda, y que encuentra en Chile condiciones excepcionales para su desarrollo, generando serios problemas fitosanitarios. A modo de ejemplo precisó que en Europa provoca pérdidas superiores a los 200 millones de dólares anuales y en Chile se estima que causa entre un 15 y un 40 por ciento de pérdida de Las uvas para consumo como fruta fresca.

Recordó que el Botrytis cinerea se combate con compuestos químicos, “pero es tan fuerte e inteligente que desarrolla resistencia a los fungicidas, se desintoxica, se biotransforma, muta, es altamente dinámico, hospedero específico, sobrevive en ambientes hostiles y a temperaturas bajo cero e incluso traspasa la memora de sus mecanismos de defensa a sus generaciones posteriores”, puntualizó.

Además, dentro del proceso de globalización, Chile debe acatar instructivos que le exigen reducir hasta un 50 por ciento el uso de pesticidas químicos como el de la OCDE y el Protocolo de París (Plan E.C.O. 18), entre otros.

Para superar estos escollos, la investigadora planteó que los investigadores y profesionales de la U. Autónoma y Biopacific están trabajando el diseño de nuevas estrategias, lo que considera “conocer tu enemigo” y dentro de las prácticas culturales se debe usar antifúngicos químicos y naturales, biocontroladores y elicitores.

Al cierre de su presentación, la Dra. Silva, destacó el rol clave que tenido el Dr. Andrés Olea, investigador del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas (ICQA) de la Facultad de Ingeniería de la U. Autónoma de Chile, quien ha liderado el proyecto; y del Dr. Héctor Carrasco. El aporte de ambos, precisó, ha sido esencial para un óptimo trabajo integral y multidisciplinario, lo que ha permitido obtener recursos de FONDECYT que les allanará conocer más sobre el hongo, cómo funciona, cómo atacarlo; y también, la adjudicación de un FONDEF que facilitará elaborar un producto amigable con el medio ambiente y lanzarlo al mercado. En esta alianza, Biopacific ha entregado el punto de vista empresarial, lo que quiere y necesita. También la empresa Diagnofruit a ha aportado con la entrega del diagnóstico.

Laboratorio de Innovación

Romina Almasia, encargada de Regulación y Proyectos de Biopacific, destacó la “sinergia de relación simbiótica mutualista” que se ha logrado entre su compañía la U. Autónoma. Recordó que el afán de la empresa por someter a muestreos de calidad sus productos y desarrollar nuevas tecnologías que respondan a las necesidades de los agricultores los motivó a acercarse a esta Casa de Estudios para cocrear el Laboratorio de Innovación.

A su juicio, la óptima relación laboral les ha permitido postular a proyectos de investigación básica y aplicada y traer capital humano de alto valor y más recientemente. “Hemos ido creciendo en conjunto. De hecho, hace poco nos adjudicamos un proyecto de Capital Humano para la Innovación, de CORFO, y vamos a trabajar en el desarrollo de fermentaciones para la elaboración sostenible de insumos agrícolas, a partir de desechos industriales”, acotó.

En la jornada también expuso Andrés González, gerente general de Biopacific.

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