Mg Jessica Morales

A los impactos del terremoto del 16/F sobre el sistema productivo, la infraestructura y el tejido social, se suma un efecto silencioso: el trastorno de Estrés Postraumático (EPT).

No todos necesariamente llegan a sufrir esta condición, porque hay ciertas características de “alta demanda emocional” que las hacen más vulnerables, señala la directora de Psicología de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago, magíster Jéssica Morales.

“Existen elementos emocionales propios del ciclo de vital que condicionan el surgimiento del EPT, de modo que la reacción frente a una situación extrema es distinta entre una persona y otra”, asegura.

No hay una sintomatología única. Depende más bien de las intensidades, de las estructuras de la personalidad, de las redes de apoyo y de las historias personales. Es necesario prestar atención a la frecuencia e intensidad de ciertos síntomas, que se caracterizan en general por la alteración del bienestar y la pérdida del equilibrio basal.

Los más prevalentes son dificultades para conciliar el sueño y respirar, desorden alimenticio, taquicardia y dolor de estómago. A ellos se suman ansiedad y angustia: “la primera está asociada sintomatológicamente, a sensaciones físicas y es transitoria; la segunda en cambio, tiene orígenes psíquicos distintos y puede ser permanente”.

Terremoto CoquimboEs importante hacer ejercicios de relajación, elongar el cuerpo, alimentarse adecuadamente y acostarse temprano. “Pero sobre todo conversar el tema con familiares o amigos, porque favorece la descarga psíquica, se comparten puntos de vista y experiencias distintas, y finalmente disminuye la intensidad de las sensaciones que generan intranquilidad”, agrega.

“Es natural que el organismo esté en un estado de alerta constante porque en cinco años hemos atravesado por dos terremotos de gran magnitud. En estos días nuestros sistemas psíquicos están en alerta, esperando que suceda algo más, y probablemente seguirán así durante las próximas semanas”, de acuerdo a la directora de la carrera en Santiago.

Eso ya es estresante, agotador, pero debiera ir disminuyendo paulatinamente y no confundirse con ETP. “Si aun así después de dos semanas la persona sigue sintiendo malestar y que ve alterado su equilibrio emocional, debe acudir a un especialista”, adelanta.

Parte de las condicionantes del ETP provienen de las experiencias vividas. Por ejemplo, si una persona vivió una experiencia fuerte para el 27/F, cada vez que se produzca un sismo se vuelve a activar el sistema nervioso.

De la misma forma, si los padres reaccionan con altos niveles de angustia es muy probable que sus hijos aprendan que esa es la respuesta correcta. “Si, por el contrario, les explican que se trata de un fenómeno natural debido al movimiento de las placas tectónicas, aunque no entienda de geología tendrá herramientas para enfrentar un terremoto con una perspectiva al menos algo más racional”.

 

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